Que te haga falta una extremidad de tu cuerpo y sientas dolor aunque ya no esté ahí es irracional, pero no importa, lo sientes, y la realidad trata sobre sentir, ¿pero cómo lo comunico? Solo me queda la lengua para decir lo cuánto que sufro pero siento que no es suficiente, las letras están muertas por sí mismas donde solo depende del interprete y su sentir con ellas, pero, corro el riesgo de que se tergiversen o no capte todo ese sentimiento.
Ahí la maldición de este maldito dolor, ¿quién lo puede sentir además de mí si no los han vivido en carne propia? Comprender, tal vez… El lado racional tiene el encanto de ordenarlo, juzgarlo, comparar y sacar conclusiones pues está en terreno de la frivolidad de juzgarlo en pretérito, no se encuentra en la llama del dolor de la perdida en tiempo presente, captando esa escena para ti exclusivamente para luego volverla a retomar cada cierto periodo con melancolía y matices renovados, odio renovado, y tal vez con ideas de venganza para finalizar con un par de gotas cristalinas en las mejillas, y quitármelas con ideas de repetir ese sufrimiento a otros, ¿por qué?, no lo sé, solo sé que anhelo hacerlo, sí, la venganza no la veo descabellada, no importa si sea consciente o inconscientemente, venganza al fin al cabo.
A lo que me lleva pensar, ¿una cultura o etnia pueden tener un dolor fantasmal? Y caigo a la conclusión de que sí, ¿cómo lo demuestro? La guerra nos lo demuestra
Dispensen si divago, pero debía hacerlo. Debía crear ficción por medio de la lengua de lo que Panthom Pain intenta decir y ahí el problema. Queda solo en intento el videojuego y apenas se puede vislumbrar su potencial cuando observas las temáticas que tocan, las interpretas y según a tu visión ligada por la lengua las intentas transmitir como es este el caso.
Ground Zeroe tiene un tono cruel. El hecho de que escuches grabaciones de cómo se puede romper la moral y psique del individuo por medio de obligar a un hombre que veje sexualmente a una mujer, pero la mayor crueldad no se encuentra solo en el acto sino en el trasfondo de ello. Pues hablamos de prisioneros que se conocen donde en esencia son amigos. El que un tercero intente que disfrutes la vejación tiene la finalidad de destruir para siempre la confianza mutua que se tenían haciendo en papilla el alma de ambas partes, pero incluso entre la oscuridad más absoluta la mujer conociendo el fin de su secuestrador intenta desesperadamente en amortiguar ese dolor diciéndole a su amigo que no hay problema, aunque ambos saben que sí lo hay, están destrozados pero más vale la mentira piadosa para saberlo sobrellevar donde finalmente esa mentira acaba siendo la resignación para al fin descansar en los brazos de la muerte. Y tú como espectador limitado a solo conocer el pasado te haces preguntar, si, ¿al final si se amaron o murieron sintiéndose siempre destrozados?
Eres ajeno a ese dolor pero recónditamente lo sientes aunque este sea totalmente diferente ya que lo estás viendo desde la visión de ser el juez inquisidor o ángel de la venganza.
Tras esta crudeza te cae el veinte en la cabeza que la venganza no es una simple frivolidad, no, de hecho, su lado carnal humanizado es delicado de llevar. Y si ese pequeño acto terrible se puede multiplicar de mil maneras diferentes creando odio a grupos colectivos donde la única válvula de escape no queda más que a lo que llamamos guerra.
La guerra no es solo el amontonamiento de cadáveres formando montañas o sueños destruidos teniendo anhelos de venganza sin saber cómo compartir tu sufrimiento salvo en el campo de batalla haciendo sufrir a otros, intentando buscar desesperadamente en transmitir dicho sufrimiento. La venganza va más allá del simple acto destructor. En ella se enmascara un tumulto de gritos indistinguibles donde deja graves consecuencias. Como si esto no fuera suficiente deja a una población, etnia o una cultura con cierta cicatriz de por vida en donde está muy relacionada la lengua pues de ella nos expresamos de cómo nos sentimos o vemos de los hechos que nos acontece y todo esto genera un dolor fantasmal en el grupo.
La guerra habrá terminado pero no sus consecuencias. Existe todavía un sufrimiento de grupos olvidados y a la vez se encuentran en medio de la estructuración de los vencedores. Dejándote en ocasiones huérfano de cultura para finalmente adoptar otra forzosamente para al fin luego de varias generaciones aquello quede en el olvido. Los descendientes no tendrán noción de ello pues habrán nacido según a la visión de los vencedores. Pero los que se resisten llevan en su pésame, ese dolor fantasmal donde solo les queda expresarlo por medio de las armas y sangre.
A su vez existirán los bandos donde creen que sus actos son más justos que la de otros, pero acaban por utilizar artimañas cuestionables como lo es el caso de Big Boss o Kaz que es la propaganda bélica. Utilizar a un héroe de guerra como Big Boss para crear confianza a un grupo de mercenarios y más gente se vayan uniendo a tu equipo manipulándolos sutilmente al usar a tu favor los sentimientos de rencor que tienen ciertos grupos y así vas sumando fuerzas.
Pero para que los demás se sientan seguros debes hacer el rol del mártir, no queda de otra. Tienen que ver a un individuo que englobe los pesares e ideologías de tus soldados, por eso te respetarán como líder no solo bastará habilidad . Y tal vez el héroe lo esté haciendo con buenas intenciones pero a la larga es otro círculo de actos manejados por la venganza dejando más dolor fantasmal, y al final, ¿si eres un héroe? ¿o eres un demonio que va condenando almas que no están conscientes del fin real? ¿quién es más cruel, el quien conoce el fin real y lo oculta, o el quien crea atrocidades siguiéndote ciegamente en que los llevarás a un mejor destino? Es aquí cuando se aplica la frase de “el infierno está empedrado de buenas intenciones”
Ahí la paradoja que le plantea Skull Face a Venom Snake y el porqué lo considera en su igual. Aunque estén en bandos diferentes al final forman parte de esa maquinaria continua de matanza
Y es lo que Hideo Kojima junto a su equipo de desarrolladores intenta expresar la guerra en su lado más carnal, humano si se le quiere llamar de tal modo y no como un solo mero espectáculo de caos y dominio de territorios. La Guerra no es solo el acto de someter a un grupo de personas a tu visión por medio de la fuerza, también es la del sometimiento de una cultura, a veces destruyéndola, otras combinándola y la misma lengua invención para comunicarnos y crear realidades o cómo percatamos la realidad se puede utilizar como herramienta disuasiva para imponer la visión del vencedor.
El historiador nos podrá relatar desde la frivolidad del pretérito donde se puede juzgar y comparar. “sí, nuestra historia es una combinación de culturas una sobre otra” dirá el historiador, pero, ¿y dónde queda el sufrimiento de las etnias o grupos que nunca se sublevaron? ¿Ese dolor donde se va? ¿Cómo se puede transmitir? Son ya más que meros fantasmas que sienten la amputación de su cultura, ya no la tienen pero ocasionalmente la sienten como si hubiera sido ayer. Serán los rezagados y olvidados del mañana de las siguientes generaciones. Solo queda la cuestión, de ¿se quedaron estancados o se aferraron a una nueva esperanza? No lo sabe el profano que no lo vivió, solo queda al final especular y crear leyendas…
Y todo lo anteriormente dicho no lo logran transmitir en su videojuego por varios motivos sobradamente conocidos. Aún teniendo un trasfondo interesante acompañado de temas complejos no es suficiente para saber llegar. La ejecución está mal, y es una verdadera pena. Porque en verdad, si todo ese potencial se hubiera enfocado de manera inteligente en el juego estaríamos ante el mejor Metal Gear Solid por enorme diferencia barriendo a todo su legado e imponiendo nuevos estándares narrativos a la industria, pero no lo hizo. Y solo queda la resignación para los mayores admiradores de Metal Gear Solid el solo hecho de especular de cómo pudo haber sido a base de los temas que implementa quedando la imaginación y lenguaje para hacerlo y no quedando de otra más que la sobre interpretación y rebasando a la obra misma de lo que realmente dice…