Algún día, en algún tema, lo dije muy en serio.
"El problema no es Nintendo, el problema es el mundo"
Hoy lo reitero.
Esa 'sociedad global' en la que vivimos inmersos en la actualidad, que ha superado al posmodernismo en una loca, presurosa, ciega carrera hacia un mórbido nihilismo, disfrazado de consumo y comodidad y sensación de ser un diocesillo todo-lo-se, todo-lo-puedo, todo-lo-conozco.
Vulgares espectadores, golosos y glotones de pornografía sensorial, del show de luces, humo y fuego, pero protegidos detrás de la seguridad y el anonimato de una pantalla que proyecta imágenes de un mundo que ya dejó de importar, porque que se ha vuelto solamente un contenido, un simple espectáculo más que ver a diario para no aburrirnos.
Una función de circo que creemos conocer al dedillo, lo que nos da "derecho" de opinar y criticar y atacar verborreicamente.
Por eso nos regodeamos inundando las redes de burlas y mofas tras situaciones delicadas y alarmantes, como el hecho de que el delincuente más buscado escape de una prisión de alta seguridad. Por eso hoy damos nuestras condolencias por la muerte de una figura pública de quien, apenas hace menos de un mes, "exigíamos" su renuncia (algunos más recalcitrantes incluso, de manera socarrona quiero pensar, pedían su muerte...)
Hypokrités de este Novus Theatrum Orbis Terrarum.
Pero existen individuos distintos. Entes que no se dejan dominar por las leyes universales de las mareas. Sujetos que buscan reescribir la supuesta gravitación universal. Aquéllos para quienes el exterior sigue siendo un lugar inexplorado, que busca a gritos ser descubierto, que no puede ser comprendido en su totalidad. Reliquias de otro tiempo que, de un modo u otro, son un ancla, un cable a tierra. Un recordatorio de lo que fuimos-somos y podemos dejar de ser.
Por eso cuando se van, cuando los perdemos, algo nos duele en nuestro inconsciente colectivo. Quizás es la angustia de saber que lo que se llevan no lo podremos encontrar de nuevo. Quizás es el miedo de que no sabremos hallar el norte sin su guía. Quizás solamente es el frío.
Dejo aquí, para su reflexión, un artículo de publicación japonesa (está traducido al inglés) que, casi por azar, encontré esta mañana. Contiene una serie de once artículos que recogen una conversación informal sostenida entre Satoru Iwata y Shigesato Itoi, diseñador de la serie "Mother", a principios de 2007. Después de leer y meditar su contenido, puedo decir con más sinceridad: Arigato, Iwata-san.
A nosotros, a nosotros únicamente nos queda entender. O, por lo menos, tratar de hacerlo. Por favor.