George Lucas pasó por un divorcio que le quitó millones, y necesitaba algo para empezar a producir dinero de nuevo. Así que sacó sus viejos apuntes en donde muy someramente había bosquejeado la historia de este aprendíz llamado Anakin Skywalker que terminó quemado en un volcán después de una pelea contra Obi-Wan Kenobi. Eligió hacer precuelas porque Darth Vader siempre ha sido el más popular personaje de SW.
Hay tantas cosas que están mal con ellas y tan pocas que están bien, que es increíble que vengan del mismo hombre que nos diera una película tan sólida como Star Wars. En la producción de esa cinta Lucas tuvo varios colaboradores, en especial su esposa, Marcia Lucas. El control absoluto de las precuelas, en cambio, cayó en Lucas, quien tiene una reputación de ser un director "my way or the highway". Es evidente incluso en los documentales de detrás de cámaras: cuando entra a un cuarto, la gente se pone nerviosa, se empieza a comer las uñas mientras se pone a sus espaldas esperando su aprobación. Al tener tal control, hizo lo que le diera la regalada gana con personajes cuyo mérito de haber creado se adjudica, cuando en realidad fue un esfuerzo conjunto entre varias personas. El problema era que Lucas dejó de ser un cineasta en la época en la que entró a su primera crisis de la mediana edad, y ahora solamente es un hombre de negocios... un excelente hombre de negocios, por cierto, y si no, pregúntenle cuántos millones hizo con sus bodrios. Y también está el otro problema: en realidad, Lucas no es tan buen guionista, y sin el apoyo de un equipo creativo honesto que le diga cuándo la está cagando, entonces tenemos a un arrogante tipo que cree que todo lo que escribe es oro puro que cree que puede casar negocios con buen cine con total impunidad, cuando tal proeza, ya está mucho más allá de sus posibilidades.
No puedo dejar pasar la oportunidad de al menos mencionar de pasada lo que más me molesta de la trilogía de Anakin Skywalker:
1.- La familiaridad: Todos los chingados planetas tienen industrias, políticos, clases reales y demócratas. Eso hace que este universo, otrora excéntrico y encantador, se convierta en plano, y demasiado familiar con nuestra propia realidad, en donde los políticos corruptos se codean con los empresarios y la prole está a merced de sus decisiones.
2.- Los Jedis presentados como siervos del Senado: Así es, trabajan para los políticos de la galaxia, vivían en un gigantesco palacio en donde hubieran podido dar asilo a esos individuos que tanto "protegían", y se reunían en aburridas juntas que parecían de negocios. No sé ustedes, pero yo los imaginaba como los samurais errantes, dispuestos a defender al desvalido por un mínimo precio, no a las órdenes de un senado corrupto.
3.- Demasiada green-screen: Sí, comprendo el insustituible valor de las imágenes generadas por computadora (Cgi) para el cine de hoy, y que gracias a ellas se pueden hacer cosas que no se podían ni imaginar hacer hace 30 años. Ahora pareciera que lo que se puede mostrar en pantalla sólo está limitado por la imaginación del director (y por el presupuesto). Es una tecnología invaluable que ha permitido convertir a los sueños en realidad.
Pero que tampoco se pasen de verga. Episodio II tenía escenas en donde sólo se veían a dos actores caminando lentamente sobre una gran pantalla verde, dándole el mismo valor de producción que el de el pronóstico del clima. Se supone que es una gran superproducción de Hollywood, ¿no hubiera sido preferible que construyeran un set gigante para filmar a esas escenas?
4.-Los Jedis son aburridos: Por razones extrañas, a Lucas se le ocurrió crear una especie de código de conducta que automáticamente convierte en aburridos a todos los jedis. El no poder amar y no poder enamorarse, por ejemplo, convierte a todos en una bola de anormales ascetas. Si es enfermizo que en la vida real los líderes religiosos no tengan sexo, ¿por qué hacer lo mismo con estos guardianes de la galaxia? Otro ejemplo de lo raro que su forma de pensar: Yoda le dice a Anakin que sufrir por la muerte de un ser querido es un sentimiento deplorable, pues "esconde la sombra de la codicia". ¿Qué? Sufrir por la muerte de un ser querido es un sentimiento completamente normal y humano. El no tenerlo sería algo no propio de un ser capaz de sentir empatia, amor, emociones que nos unen en esa familia tan numerosa llamada "humanidad". Si alguien fuera incapaz de tener esas emociones, ese alguien sería un psicópata, o un sociópata, no un maldito Jedi. Desde ese punto de vista, los jedis son... malvados.
5.- Sobreuso de la Fuerza: ¿Alguno de ustedes se han preguntado por qué los Jedis pelean con sables de luz? Es decir, ¿por qué chingados lo hacen teniendo a su cómoda disposición un arma mucho más segura y eficaz? Verán, en la trilogía clásica, cuando Luke o Yoda movían objetos con la Fuerza, requerían mucho tiempo para reunir la concentración necesaria, y además, esfuerzo. No era tarea fácil. Por eso, tenía sentido que Luke prefiriera sacar el sable para pelear con sus enemigos: más práctico.
Pero eso de la concentración pasó a mejor vida en las precuelas. Darth Maul, Anaki, Obi Wan y demás mueven objetos con tan solo mover la mano, sin ningún esfuerzo. Entonces, ¿por qué carajos pelean con sus sables? ¿Por qué no, no sé, les rompen los brazos y las piernas a sus enemigos? Qui-Gonn hubiera podido hacerlo, y así evitar su muerte.
Curiosamente, el que sea tan fácil usar la Fuerza vino de la mano con la disminución de la importancia de esta energía mísitica. Para muestra, esa nefasta escena en donde Yoda y el Conde Dooku pelean al principio con telequinesis, y al final, Dooku anuncia: "Al parecer esta pelea no podrá ser decidida por nuestro dominio de la Fuerza, sino por nuestra habilidad con el lightsaber". Implicando así que el lightsaber es más fuerte, más decisivo, y más eficaz que la energía que supuestamente une a todos los seres vivientes del universo.
6.- La Guerra de los Clones es la guerra más estúpida jamás creada en una película, historia escrita o cualquier medio de ficción: ¿Por que nos gusta ver guerras en las películas? Porque a ti, como espectador, te interesa saber si los personajes que amas ganarán la guerra o por lo menos la sobrevivirán. Veamos, por ejemplo, la segunda película de El Señor de los Anillos. Hace un excelente trabajo en a) hacer que te gusten mucho los personajes principales, b) hacer que odies a los villanos o Uruk-hai y c) en hacerte querer que ganen los buenos. Es un trabajo tan efectivo que cuando sale Gandalf para salvar el día, tal vez se te escape una lágrima mientras te dan ganas de gritar de felicidad.
Veamos ahora la Guerra de los Clones. Es un ejército de soldados robots que son producidos en masa peleando contra clones idénticos sin personalidad que son producidos en masa. Es imposible preferir a uno de estos bandos; después de todo, su carisma es 0%, y por lo tanto, te vale perfectamente madres quién de los dos gane. Pero, si los ejércitos no te inspiran empatía, ¿te interesan los motivos por los que pelean? Y hablando de eso, ¿cuál de los dos es el ejército bueno y cuál el malo? Veamos: Los robots pelean por los Separatistas, quienes ya no desean formar parte de la República.... ¿por qué eso es algo malo? Nunca lo explican en la película, en ninguna parte o en ningún diálogo. La República debería darles libertad a los sistemas de salirse de su esquema... ¿o es que acaso quieren que a huevo formen parte de ellos, siendo así como una dictadura disfrazada de democracia? Los Clones pelean por el Senado, quienes son una bola de políticos que se insinúa en las películas que son corruptos, como los de la vida real. ¿Ellos son el bien? No. Las precuelas parecen querer implicar que democracia=bien, cuando todos sabemos que es una mentira del tamaño de la Death Star. Pero eso no es todo. Falta lo peor. El Senado manda a sus clones a pelear debido a que son manipulados por Palpatine. Los Separatistas mandan a sus robots a pelear porque son manipulados por Darth Sidious. Esta "Guerra", por lo tanto, es sólo una pelea de títeres sin cabeza, controlados desde las sombras por este Lord Sith... los Jedis incluidos.
Justo sería reconocer ciertos momentos disfrutables. Mi favorito sin duda alguna el momento en que Anakin toma su decisión de traicionar a los Jedis: contempla la ventana y Padmé lo hace al mismo tiempo; aunque separados por una gran distancia, el montaje hace pensar que se están viendo el uno al otro, y eso crea una tensión sin ningún diálogo estúpido que arruine el momento: sólo actuación, música y montaje, o sea, lenguaje cinematográfico en su máxima expresión. Tampoco puede negarse el encanto de los primeros minutos de La Venganza de los Sith, ese plano secuencia que nos hace sentir en esa galaxia muy lejana. Mención especial a la escena de la Ópera, y en general, a la actuación de Ian McDiarmid.
La anticipación por Episodio I era tanta que se podía palpar en el aire, y era mucho más allá que la tormenta publicitaria que se vivió en el año 1999. En una era sin youtube, los fans pagaban para entrar a ver el trailer al cine, y salían de la sala una vez concluido éste. Era como los sueños hechos realidad, no para un grupúsculo de fans geeks nostálgicos; no, eran los sueños de una generación entera de niños, jóvenes y adultos, y no un fenómeno limitado a Estados Unidos, sino al mundo entero. Al día de hoy, seguimos frustrados por lo que pasó, pero ya no hay vuelta atrás, las precuelas existen y debemos aceptarlo: Star Wars se volvió una mierda. Al menos, 50 % mierda.
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