La otra cara: The Legend Of Blackfemme (narración)

The Legend Of Blackfemme




 
Hoy desperté de nuevo con el canto de las aves y un poco de música de fondo; así son los amaneceres en Hyrulandia, y a mí me parece bien, me gustan mucho.




Los deberes comienzan muy temprano para mi gusto, pero si quiero conservar mis aves debo alimentarlas y limpiar sus jaulas. ¡Oh! ¿Qué fue eso moviéndose junto a las plantas? ¿Volvió el ratoncito? Rayos, no tengo tiempo ni ganas de perseguirlo ahorita. Huye, ratoncito; qué bueno que no me ataca ni trae una bomba en la cola; recuerdo aquellos bombchu que infestaban Hyrulandia antes de que el joven Link acabara con ellos: esos sí que eran peligrosos. Ah, el joven Link...




Ahora debo prepararme para ir a cumplir más deberes. Misiones, deberes, trabajos... me pregunto si todos en Globariko Village tienen vidas tan ajetreadas como yo. Bah, por supuesto que no: he visto personas sentadas tranquilamente en la plaza o vagando por el pueblo, y no se nota que estén ocupados. Recuerdo que el joven Link solía acudir con esta clase de personas cuando quería obtener información para sus misiones; ni siquiera tenía que preguntarles nada: ellos, sin más, soltaban la sopa. Creo que aquí en Globariko... no, en todo Hyrulandia, no hay una persona que sepa guardar secretos. Bueno, yo sí sé, y lo hago.




El camino a la Biblioteca Independiente de Globariko fue poco accidentado esta vez. No tuve que sacar mi resortera para ahuyentar cuervos, ni el boomerang para alcanzar algún monstruillo que me hubiera robado algo. Llegué con mis corazones completitos, pero con el estómago vacío; cuando pase el joven (y bello) vendedor de comida, hoy sí le compraré; espero traer suficientes rupias.




Últimamente ha estado muy solitaria la biblioteca; tengo tiempo suficiente para recordar aquellos años cuando el joven Link venía para prepararse para sus misiones, y yo le daba los libros y revistas que él necesitaba. Ah, mi precioso joven Link... Cómo me gustaba mirarlo de reojo, sentado allá en el área de lectura con el Libro de Mudora frente a él, empeñado en aprender a leer ese extraño lenguaje que, dicen, estaba escrito en algunas estatuas, cuevas y monumentos del valle y las montañas de Hyrulandia. Qué cosas se le ocurren a la princesa; mira que ponerle tareas tan difíciles a Link, y él tan obediente, nunca protestaba, todo lo cumplía a la perfección, así se le agotaran los corazones: siempre llevaba una fairy en un frasco. Pobre joven Link, tan abnegado...




El domingo pasado lo vi; ya me es muy difícil verlo, pues últimamente no viene mucho a Globariko Village; cuando sale del bosque siempre es para ir al castillo, porque a la princesita ya se le ocurrió otra cosa y lo mandó llamar. Huy, ya divagué... El caso es que lo vi. Sí, también estaba la princesa. Rayos, lo que daría porque fuera yo la afortunada a la que le lleva el carrito de las compras... pero no, era ella, Zelda, mandando como siempre, y él calladito, serio, detrás de ella con el carrito de las compras. Sólo lo vi un momento, porque me dio no sé qué, que no me atrevo a verlo fijamente, y menos cuando la princesa está cerca.
 



Ay, mi precioso Link... ¿por qué no vuelves a la biblioteca? Sólo por pasar... Me gustaría tanto ayudarte de nuevo... ¡No sé qué haces con Zelda! ¡Ni siquiera te agradece lo que haces por ella! ¿Alguna vez te dio alguna rupia por todo el trabajo que has hecho? ¿Te ofreció una casa? Vamos, ni siquiera te ha invitado a alguna fiesta en el castillo... ¿Qué rayos le pasa? Ay, Link, lo que yo daría por ser tu princesa... Yo sí que sabría agradecerte todo lo que heroicamente haces todos los días. Pero no: La princesa sigue siendo Zelda, tú sigues atado a sus estúpidos caprichos sin protestar y yo sigo siendo la insignificante Blackfemme, la bibliotecaria que tiene todo este secreto en su interior y un espejo mágico para salir de la casa en un instante.
 



¿Qué pasa, que todo mundo voltea para arriba y se espanta? Voy a ver...
 
 



¿ES ESO LA LUNA? ¡ESTÁ MUY CERCA! ¡Y ESA CARA TAN HORRIBLE...!
 



¡Link! ¿Dónde estás? ¡Sálvanos de nuevo! ¡LIIIIIINK!