Sony: danos más juegos y menos VR

Luces y sombras de la presentación de PlayStation en E3 2016


Después de años, por fin parecía que a una compañía le entró en la cabeza de lo que se trata E3: de los juegos. No de gimmicks, no de hardware que hará tu consola obsoleta, no de "transformación": simplemente, de juegos. Sony comenzó con la mejor conferencia en lo que va del evento: una sucesión de trailers de videojuegos que todos esperamos, punto. A pesar de los multiplataformas y las películas interactivas, el récord era impecable... hasta que salió el VR en escena a echarnos un balde de agua fría con la promesa peligrosa de una tecnología de que todavía no estamos seguros que queremos o aceptaremos.

El hermoso Shrine Auditorium de Los Ángeles se puso de gala y coros épicos dieron la bienvenida a todos los asistentes a lo que se definiría como "Un nuevo comienzo". God of War aparece en la escena. Un mundo nórdico parece ser el nuevo hogar de Kratos: mientras éste enseña a un niño a cazar ciervos, un troll gigantesco ataca a ambos. El juego ha cambiado: se adivina un sistema de juego más profundo y una perspectiva diferente. Pero es un juego caray, y una exclusiva. A partir de tan buenos auspicios los anuncios y trailers se suceden: Days Gone presenta un mundo postapocalíptico reminiscente de The Last of Us; The Last Guardian por fin confirma su fecha de salida, y hermosos paisajes de una extraña vida tecno-salvaje nos asombran en Horizon: Zero Dawn, que promete un poco ser lo que no pudo ser FarCry Primal: una experiencia fuera de la civilización interesante y nueva.

Win
Win

Detroit: Become Human confirma el (para mí inexplicable) compromiso de Sony con lo cinemático, y quizás de a David Cage una oportunidad de redimirse; pero lo que realmente encantó a todos fueron imágenes extrañamente reminiscentes de P. T., el survival horror cancelado de Kojima y Del Toro. Capcom no se ha quedado atrás en la nueva tendencia del terror psicológico, y ha decidido dar a Resident Evil VII un toque de horror auténtico en lugar de la experiencia palomera en la que había decaído en los últimos años. Una oportunidad de redimirse.

Hasta ese momento, la conferencia fue excelente. Poca palabrería de ejecutivos y diseñadores y muchos tráilers, muchos juegos. Pero de pronto salió el gimmick: PlayStation VR, que costará $399 USD y tendrá una nutrida línea de juegos. El resto fue un montón de experiencias derivadas para un periférico que necesitamos probar para creer: Batman VR, Final Fantasy XV VR, Star Wars VR... habrá más de 50 juegos de VR para este año. Pero... todavía no sabemos si valdrá la pena. Lo presentado parecen más como experiencias derivadas, demos interactivos... hace falta ese gran título que nos hará decir: la Realidad Virtual es el camino.

Entra el villano
Entra el villano

Después salió Call of Duty: Infinite Warfare, que recibió el silencio glacial de una audiencia que parecería sacada de YouTube. Después vinieron anuncios un tanto decepcionantes: Crash Bandicoot sólo recibirá una remasterización (no exclusiva) y contenido en Skylanders. Una lástima, pero era de esperarse ya que la franquicia fue vendida a un third party. LEGO Star Wars, la enésima entrega en la derivativa serie de LEGO... El humor de la gente correspondió exactamente a la calidad decreciente de los anuncios: a partir de un inicio lleno de hype e intensidad, la conferencia cayó a un indiferente silencio.

Llegó el momento de intentar salvar la noche, y en un puente de luz blanca apareció Hideo Kojima, entregando a las masas su nuevo proyecto. Una cita clásica de William Blake, y el sello de Sony Interactive Entertainment nos dan la bienvenida al primer juego de Kojima Productions sin Konami. ¿Cumpliría? Vemos una secuencia surrealista protagonizada por Norman Reedus: Death Stranding, que como su nombre lo sugiere, evoca el tema del naufragio. Pero francamente no sabemos qué pensar de ese juego: nada que pueda sugerirnos el modo de juego o los detalles de su trama nos es ofrecido. La verdad, ver a Norman Reedus desnudo en una isla en secuencias pretenciosas no me emociona en lo más mínimo. Por supuesto, nadie aplaudió como cuando fue anunciado Silent Hills. Luego siguió el turno de algo que podría prometer mucho: Spiderman PS4, pero ninguna información fue ofrecida para saber si es una experiencia lineal, un mundo abierto, si estará basada en las nuevas películas o en un mundo propio.

Mi cara la segunda mitad de la conferencia
Mi cara la segunda mitad de la conferencia

Al final, Sean Layden habló sobre el gameplay, el rey de los videojuegos al que por alguna razón una gran parte de los desarrolladores olvida. Vimos otro trailer de Days Gone. Pero ya nada podía limpiarnos la impresión final de la conferencia: una promesa brillante que quedó empañada por no haber sido llevada a sus últimas consecuencias. Al final la impresión fue una mezcla de sinsabores y buenas impresiones.

Sony va en la dirección correcta, y su conferencia se enfocó en juegos, que es lo más importante. Finalmente, el VR también son juegos. Pero por dios, si el VR quiere funcionar necesitamos más que demos y "experiencias". Necesitamos el poder y la visión de la industria en toda su fuerza, y no productos de segunda mano, en especial porque todos estamos algo inseguros de darle una oportunidad a una nueva plataforma. En fin, francamente, le faltó al rey de la generación demostrar su supremacía: en su lugar, parece como si el emperador no llevara nada puesto. En resumen: más juegos, menos VR, Sony.

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