Alice: Madness Returns nos transporta de nuevo al País de las Maravillas imaginado por American McGee hace más de diez años, que a su vez está basado en los trabajos de Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró ahí. Para aquellos que hayan leído estos libros y algún otro de los trabajos de este autor saben que su enfoque iba más por el lado del absurdo y de un manejo alterno de la lógica; las imágenes ofrecidas en sus libros nos llevan a descubrir mundos extraños, llenos de simbolismo y secretos esperando ser descubiertos, sin embargo, hay un enorme trecho entre esto y el mundo de demencia y desesperación pintado por McGee.
Uno de los principales puntos que tenemos que entender al llegar a esta serie de juegos es que su protagonista no es la misma de los trabajos de Carroll, más bien se trata de una representación digital de Alice Liddell, la niña de carne y hueso que se apoderó de la mente y la creatividad de Carroll y para quien creó el primer libro, durante un viaje en bote. Lo interesante de todo esto es que la historia detrás de los juegos nos lleva a intuir que algo muy malo pasó en la vida de esta joven, algún evento traumático sobre cuya naturaleza no especularemos, no obstante resultó tan fuerte que logró romper por completo la integridad de su mente. Desde el inicio del juego comenzarás a escuchar rumores, susurros que apuntan a una terrible verdad: el fuego que derivó en la muerte de la familia Liddell podría haber sido premeditado y el culpable podría no se otro que Alice, aunque la verdad detrás de esto deberá ser descubierta a lo largo de la aventura.
Afortunadamente para mí, fanático del absurdo, del sinsentido y de los simbolismos ocultos, la gente de Spicy Horse, el desarrollador, realizó un trabajo excelente a la hora de reimaginar este mundo, modificando la naturaleza de casi todo elemento existente en él, pero conservando las metáforas creadas por Carroll. Uno de los temas relevantes a los que te enfrentarás a lo largo de tu aventura es el crecimiento. Desde el inicio de la historia, Alice obtendrá el poder de cambiar de tamaño a voluntad, pero lo interesante es que al hacerse pequeña obtendrá una visión más amplia del mundo y podrá descubrir cosas que de otra forma pasarían desapercibidas. Este tema también puede ser descubierto en el manejo de los colores, especialmente el rojo, que tiene una connotación histórica muy fuerte y se encuentra asociado al ciclo de madurez femenino. Durante el juego, al atravesar el Valle de las Lágrimas, te encontrarás cruzando un riachuelo de sangre y este acontecimiento marcará un cambio notable entre un País de las Maravillas inquietante y otro completamente desquiciado y caótico.
Otro de los temas predominantes en los juegos es una lucha entre la anarquía y la tiranía, una lucha que nos lleva a descubrir los puntos más oscuros de la dicotomía entre el caos y el orden. Por un lado tenemos ese elemento inflexible y sangriento, dispuesto a destruir todo a su paso con tal de mantener un correcto cumplimiento de las normas preestablecidas; y por el otro está el caos anárquico, que busca el desenfreno y el descontrol de un libertinaje total, un elemento asociado en muchas ocasiones con la mente infantil. Una de las interpretaciones sobre la relación entre la Alice literaria y una de sus enemigas, nos habla de que la lucha entre la Reina Roja (una clara referencia al ciclo menstrual que hará de Alice una mujer) y la protagonista, es una metáfora a la resistencia de apegarse a las normas que rigen el mundo adulto, noción que se acentúa cuando la Reina le explica las reglas del ajedrez a Alice.
Y hablando de simbolismo abierto, la protagonista del juego se encuentra adornada por tres símbolos, sin embargo el más prominente es una especie de herradura que cuelga de su cuello, aunque para un ojo cultivado y entrenado como el nuestro, esa simple herradura y su fuerte relación con la suerte se transforman en una insignia mucho más fatalista, antigua y definitoria: una omega, que simboliza el fin. Ahora, lo realmente importante es la posición, ya que el collar está situado entre el último vestigio de inocencia (el vestido azul) y la cabeza de Alice, escenario de la terrible batalla que le da vida al conflicto principal juego.
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Leer todo esto podría preocupar a algunas personas, haciéndolas pensar que Alice: Madness Returns será un juego complicado, pesado y difícil de digerir, pero esto dista mucho de la realidad. Los elementos literarios y metafóricos que se encuentran presentes en el juego no deben ser vistos como una barrera, sino más bien como un portal, como un punto de acceso a algo más, a un mundo muy amplio, lleno del mejor tipo de misterio, el de la mente. Además otra cosa que American McGee y compañía lograron transportar de manera magistral al juego es el uso de la lógica y el significado numérico, otros de los temas que preocupaban a Carroll. Para cerrar, los dejo con este par de líneas de uno de mis poemas favoritos del autor, La caza del Snark:
¡Excelente lugar para el snark!, y lo digo por tercera vez.
Recordad, todo lo que os diga tres veces es siempre verdad.
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