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Luego de batallar con la inconsistencia por varios años, Pro Evolution Soccer recobra la buena forma con la entrega de este año, en buena medida gracias a la introducción de un nuevo esquema de controles complejo pero gratificante, lo que aunado a las animaciones más versátiles y responsivas en la historia de la franquicia, así como a un esfuerzo tangible por subsanar el asunto de las licencias, da como resultado una experiencia más robusta y, en pocas palabras, de mayor calidad.
En términos generales, la presentación del paquete completo se mantiene muy similar a lo visto el año pasado, salvo por la introducción de la nueva liga brasileña, la liga española e italiana completas y casi una veintena de selecciones nuevas. No les vamos a mentir, todavía se siente la ausencia de algunos clubes, sobre todo de Inglaterra y Alemania, así como selecciones, especialmente en la zona de CONCACAF, pero buena parte del talento mundial concentrado en Europa ya está incluido y se nota que PES hace el esfuerzo por ganar terreno palmo a palmo en la medida de sus posibilidades.
Todo empieza por el entrenamiento, que dejó de ser Dinámico para convertirse en Práctica de Rendimiento. La diferencia radica en que en vez de clasificarse en amplias categorías como ataque o defensa, ahora cubre aspectos muy puntuales como la gambeta, el pase largo, el disparo o la pared, todos divididos a su vez en 2 o 3 niveles de complejidad. La idea es que se aprendan las nuevas mecánicas mediante situaciones lo más apegadas a lo que se vería en un partido formal. El entrenamiento es fundamental puesto que PES no es un título precisamente accesible. Para sacar el máximo provecho de las nuevas herramientas que provee, hace falta pasar por una curva de aprendizaje relativamente prolongada.
Dicho lo anterior, la modalidad de entrenamiento nos pareció más útil que nunca, pero queda espacio para hacerla más atractiva. La forma en que se presenta con desabridos cuadros de texto, es clara, pero en ocasiones también se antoja monótona. Esto nos conduce a las modalidades de carrera o Vida Futbolística, que son la Liga Máster, donde se entra en los zapatos de un director técnico, y la Leyenda. Aquí el principal problema es el mismo que en el entrenamiento, sólo que sobresale más.
Las modalidades de carrera suelen ser extenuantes y hasta un poco pesadas en todo el género deportivo porque hablamos de llevar la vida profesional de un personaje a lo largo de varias temporadas. Con lo anterior, se vuelve muy importante que la simulación se sienta lo más dinámica posible. Desafortunadamente, las cosas no son así en Pro Evolution Soccer 2013, y esto es algo que venimos marcando desde hace tiempo.
A lo largo de la carrera, sin importar si se es entrenador o jugador, hay que ver los mismos interludios cinemáticos con subtítulos (sin voces de los protagonistas) del año pasado con una que otra variante una y otra y otra vez, sin mencionar que también los diálogos, desplegados a manera de subtítulos, son reiterativos hasta el cansancio. Por otro lado, la progresión es lenta y poco clara. El año pasado, antes de los partidos por lo menos aparecían algunos objetivos a cumplir, ahora ni eso.
Tanto la experiencia como los puntos focales, que son las 2 divisas con las que crece el personaje, se acumulan en la medida en la que se juega ya sea en línea o en forma local o se ganan títulos, pero la tarea es poco estimulante.
Así las cosas, lo más atractivo sigue siendo jugar la Copa Libertadores o la Liga de Campeones de Europa. Se trata de 2 eventos muy directos, presentados en una forma simple y sencillamente magnífica, donde realmente sobresalen el audio y el despliegue gráfico y televisivo del título.
El título luce muy bien. Incluso, para el ojo poco avizor, algunos estadios pueden pasar sin problemas por sus contrapartes reales. En el caso de los jugadores tampoco hay queja, lo que aunado a la nueva característica Player ID y el efecto borroso de televisión, los nuevos cánticos, las entradas con los himnos de la Champions o la Libertadores y nuevas porras, realmente les pondrá la piel de gallina a los fanáticos.
En español las narraciones siguen teniendo chispa gracias a los aportes de Luis García y Cristian Martinolli, aunque hace falta un poco de naturalidad en cuanto al ritmo, para que parezca más una plática y no una reproducción de líneas inconexas. Aún así, hay frescura y cuando nos pasamos a inglés, notamos la introducción de nuevos comentarios anecdóticos e incluso algunos para jugadores en específico habilitados con la nueva característica Player ID, lo que contribuye a la creación de una atmósfera realista.
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