No importa si compraste Kinect en la fecha de lanzamiento o hace pocas semanas, lo más seguro es que estés cansado de usarlo para juguetear con mascotas o bailar en compañía de estrellas pop. Salta de alegría y aterrorízate, pues al fin llegó una propuesta diferente, un survival horror que además de temática gore, aprovecha muy bien los movimientos de tu cuerpo.

A simple vista, Rise of Nightmares es un juego genérico de terror, que toma prestados elementos sangrientos de SAW, argumento de House of the Dead y ambientación de Alone in the Dark, pero a pesar de la apariencias y de ser una quimera, su mayor virtud radica en la posibilidad de jugar usando únicamente Kinect, en un entorno abierto en lugar de ir sobre rieles.

En Rise of Nightmares tomas el papel de Josh, un esposo amoroso y diligente aunque con cierta inclinación por el alcoholismo, que viaja junto a su esposa en tren a través de Europa oriental. Porque las casualidades no podían esperar, el trayecto los lleva al corazón de un bosque embrujado y entre sorpresas que incluyen un baño de sangre, Katie –la esposa de Josh– es secuestrada por un bestial sujeto con máscara de metal y gabardina amarilla. Como si fuera parte de la maldición, el tren se descarrila a pocos metros del santuario de un científico loco, lo que deja a Josh saltando, agachándose, esquivando, golpeando y pateando todo obstáculo a su paso para encontrar a su amada dentro de las fauces de un castillo medieval infestado de zombis, creados por el maquiavélico maestro del lugar.

Lamentablemente, si el concepto argumental ya era un tanto débil, el desarrollo de la historia no hace sino empeorar las cosas al llevarte de un cliché a otro, complicándose demasiado en momentos, o en ocasiones causando pleno desconcierto. Y es que trama y atmósfera nunca están a la altura de la etiqueta de terror, cambiando todo el suspenso que se crea durante algunas escenas, por mundanas masacres contra enemigos. Además, los escenarios son tan luminosos que cualquier intento por sorprenderte con un ataque desde las sombras es nulo.

A pesar de los defectos, Rise of Nightmares cambia radicalmente cuando se agrega el elemento de Kinect. Al jugarlo pasarás por tres etapas: fascinación al descubrir cómo funciona todo, desesperación al darte cuenta que los movimientos son poco precisos, y enamoramiento una vez te acostumbras y comienzas a moverte con fluidez, o por lo menos tanta como permitan las limitantes del sensor. Es muy similar a lo que sucedió con los primeros juegos de Wii, usaban el Wii Remote como un remplazo para los botones, con frecuencia entorpeciendo tu desempeño, pero al final ofreciendo algo diferente; del mismo modo, SEGA creó un esquema que funciona, aunque en ocasiones cae en lo frustrante.

Desesperación aparte, los controles cumplen su propósito de manera excepcional. Para caminar pones un pie al frente, levantas tus puños –similar a la posición de defensa de boxeo– para entrar en modo de ataque y das golpes al frente para despedazar a tus enemigos al frente. Es simple, efectivo y cumple a la perfección su propósito. Tiene alto nivel de imprecisión, y no serán raras las ocasiones que el personaje se moverá de modo extraño mientras intentas pasar por una puerta, o que intentes atacar a un enemigo específico y en su lugar seas acribillado por otra criatura que está fuera del rango de visión. En cuanto al combate, es igual de simple, al más puro estilo Fruit Ninja, dependiendo del trazo que hagas será el ataque (horizontal, vertical o transversal), aunque también varía el resultado con cada arma, pues no es lo mismo un mazo que unas tijeras gigantes, o un par de guantes de acero.

Los juegos de terror son un tema delicado, excelentes propuestas como Rule of Rose que en particular se caracterizó por su originalidad, pasó completamente desapercibido ante la opinión pública, mientras que House of the Dead, a pesar de estar construido sobre una historia pueril y mecánica de juego repetitiva, es recordado con nostalgia. Y es que aún cuando esta clase de experiencias superficiales parecerían intrascendentes, se levantan del anonimato por ofrecer un esquema de manejo único, como la posibilidad de usar un control en forma de pistola para acabar con oleadas de zombi cuando el resto de juegos se limitaban al uso de sticks y pad análogos.

[p]Parece que SEGA tiene un talento especial para replicar este fenómeno, pues lo mismo está sucediendo con Rise of Nightmares. Como experimento para crear un interesante esquema de control, es todo un éxito; analizándolo a fondo como una experiencia de juego, tiene defectos severos, sin embargo es posible que los olvides al adentrarte en las masacres de zombis. Con un poco más de ambientación terrorífica, un guión mejor elaborado y mayor énfasis en la resolución de acertijos en lugar de tanto combate, hubieran hecho de éste un excelente título del género. Este juego no te persuadirá para comprar Kinect, pero si ya tienes el aditamento Rise of Nightmares es una buena forma de sacarle provecho. Sólo queda esperar que SEGA continúe trabajando en la fórmula, pues una posible secuela sería interesante.