El anime de Sword Art Online causó furor cuando se estrenó en Japón en julio de 2012. Los 25 episodios emocionaron a los fans, motivaron la venta de objetos de colección y el desarrollo de 2 títulos con historias originales que gozaron de un éxito moderado, ¿el tercer juego de la serie ahora sí cumplirá con las expectativas de los seguidores?

A primera vista, Sword Art Online: Hollow Realization parece una propuesta robusta con muchas mecánicas de juego y propiedades dignas de un MMO, pero cuando te acercas y miras con atención, encuentras algo parecido a un cuarto desordenado donde no hallas nada. El juego desarrollado por Aquria tiene buenas ideas, el problema es que están mal ejecutadas o carecen de sentido.

La historia de Hollow Realizaton acontece después de lo sucedido en el anime de Sword Art Online. Kirito, Asuna y los demás personajes de la serie regresan a un mundo virtual muy parecido a Aincrad, donde no están en peligro. En un inicio disfrutarás el citado bienestar del que gozan los protagonistas, sin embargo, caerás en la desesperación al notar que pasa mucho tiempo antes de que suceda algo trascendente.

Después de varias horas te darás cuenta de que el juego se aleja de lo que hacía interesante al anime de Sword Art Online. No hay momentos de traición, desesperanza o inquietud. Todo son charlas sobre cómo ser un mejor herrero o dónde conseguir los ítems más baratos. Es una pérdida de tiempo donde impera el estado positivo de todos los protagonistas y no sucede absolutamente nada.

El juego dura más de 50 horas, sin embargo, eso no se traduce en una inversión entretenida. Hay muchas animaciones, actuación de voz y tareas por realizar, pero la historia tiene demasiados momentos que perjudican el ritmo, por ejemplo, después de una misión de más o menos 10 minutos sucede una aburrida plática con personajes estáticos en pantalla. La justificación es que los protagonistas disfrutan el mundo virtual, pero, las conversaciones sobre comida o tiendas caen en lo absurdo. A final de cuentas, acelerarás los diálogos y evitarás poner atención a las tonterías que sólo perjudican la experiencia.

Sword Art Online simula con éxito los elementos más tradicionales de los MMO

Los eventos dentro del juego se resumen en “matar equis cantidad de enemigos” o “conseguir equis cantidad de ítems” en enormes zonas repletas de monstruos con inteligencia artificial limitada. A cambio de superar las misiones secundarias obtendrás experiencia para elevar el nivel de tu personaje y algunos artículos como espadas o armaduras que están resguardados en cofres. También encontrarás enormes monstruos y grupos de NPC que ayudan un poco en los combates. Vale la pena aplaudir el esfuerzo de entregar un mundo tan grande con varias áreas para explorar. Tal vez no tenga las mismas dimensiones de un MMO real, pero al menos la atmósfera es parecida.

El sistema de combate es muy simple: cuadrado y triángulo funcionan para atacar; equis para saltar; círculo para defender; y R1 sirve para escapar de los embates enemigos. Dominar las combinaciones toma mucho tiempo. Conectar apropiadamente el último golpe te da la oportunidad de asestar un daño mayor. Del otro lado, parar un ataque deja la guardia abierta de los monstruos. Momentos como éste funcionan para aprovechar los personajes que te acompañan para conectar una combinación en cadena.

La comunicación con tus compañeros de aventura controlados por la computadora es clave, ya que así como piden tu ayuda, obedecen tus órdenes. Es importante aprovechar esta característica para que la experiencia de juego sea más entretenida. Si pretendes hacer las cosas solo, encontrarás una enorme barrera impidiendo un avance natural.

Por otra parte, los combates con los jefes al final de cada área requieren un esfuerzo extraordinario. El reto está en controlar las acciones de los otros miembros de tu party, los cuales no cuentan con gran inteligencia o sentido común. Es molesto que pases más tiempo reviviendo a tus compañeros en vez de destrozando al enemigo. Hay una gran diferencia entre dificultad y un sistema roto, y Sword Art Online: Hollow Realization tiene más de lo segundo que de lo primero.

Sword Art Online: Hollow Realization es algo más que una mala imitación de un MMO, también hay espacio para desarrollar relaciones con los miembros de tu equipo así como con otros NPC. Se nota la importancia de este apartado desde el inicio, ya que entre más halagues a los demás personajes será mejor su rendimiento en el campo de batalla. ¿Hay algo más? El juego no explica bien esta clase de elementos y descifrarlos es una pérdida de tiempo.

Otro inciso que también fue creado sin dirección es el árbol de habilidades. El menú es un desorden total. No hay manera de saber por dónde empezar. Hay números y abreviaciones sin explicación. No existe una lógica para el desastre que verás en pantalla. Cada detalle parece puesto al azar. La estructura de los árboles de habilidad en Sword Art Online: Hollow Realization no tienen ni pies ni cabeza.

El multijugador es punto y aparte. Las partidas se realizan fuera del juego principal y eso provoca que la experiencia de juego sea limitada y poco entretenida. Aquí crearás un grupo de hasta 4 jugadores para enfrentar a enormes enemigos con exagerados niveles de fuerza. Lo bueno es que no pasarás por largas pláticas sin sentido para disfrutar toda la acción. ¿Lo malo? Es una experiencia independiente a la campaña. Hubiera sido distinto realizar misiones del juego principal en línea con otros usuarios.

En el apartado gráfico hay varias mejoras. Las texturas de los personajes, los efectos especiales, los colores… todo parece creado para la actual generación de consolas. Hay calidad en las pequeñas animaciones y el doblaje japonés. En general, es imposible quejarnos en cuanto a la presentación final del juego. Tal vez encuentres algún bug aquí y allá, pero no son nada del otro mundo.

En conclusión, Sword Art Online: Hollow Realization, con todo y la supervisión del creador de la serie, resultó un producto desordenado, con pocas ideas frescas y una presentación que es lo único que vale la pena aplaudir. Carece del drama que hizo famoso al anime y de una propuesta real. Ojalá esta entrega funcione como lección para hacer mejores títulos basados en animación japonesa.