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Si alguna vez te has sentido frustrado por no poder ganar premios en una feria, o humillado por tu falta de talento en las actividades lúdicas de los parques de diversiones, puede que la respuesta a tus lamentos esté más cerca de lo que parece, específicamente en Carnival Island, una llamativa colección de minijuegos que a modo de romería, pone a prueba tu habilidad sin que pierdas la dignidad ni tener que gastar una y otra vez para conseguir más oportunidades, todo por supuesto, desde la comodidad de tu hogar.
Sin otro pretexto que ayudar a restaurar las viejas glorias de este carnaval, la simplista historia del juego te lleva a través de cuatro regiones temáticas que constituyen la isla, invitándote a participar en el repertorio de juegos ofrecido por cada una. La peculiaridad es que cada diligencia es diferente, si bien con rasgos similares, y todas ofrecen nueve desafíos; si completas uno, regresas la vida a una adorable criatura que se suma a tu colección y te sigue durante el resto de la travesía; al vencer el segundo reto desbloqueas el siguiente y así de manera consecutiva hasta terminarlos todos. Una vez más, lo interesante es que no se trata de repetir exactamente la misma labor una y otra vez.
El mejor ejemplo es la pueril misión de lanzar aros, tan simple como aventarlos para ganar puntos; sin embargo, al acceder a niveles más altos surgen las complicaciones, por ejemplo tendrás que cuidarte de los nuevos obstáculos que aparecen o será más difícil atinar al blanco porque los objetivos comienzan a moverse.
Con tal estructura en todas sus actividades, Carnival Island propone una decente variedad de juegos con dificultades variables, algunas un tanto ingeniosas para este tipo de títulos, como controlar la navegación de ranas en lirios acuáticos, pero al final las tareas son inevitablemente similares en relación con lo que debes hacer, y dependiendo tu capacidad de tolerancia, es posible que te aburras increíblemente rápido. Y es que al final nunca dejas de arrojar monedas, lanzar dardos, rodar pelotas o golpear objetos, de modo que la experiencia caduca rápidamente, con excepción de uno que otro minijuego.
Una vez terminado el incesante examen de destreza, recibes una cantidad de boletos de acuerdo con tu desempeño, los que puedes utilizar en la sección de extras del juego, donde encontrarás vestuarios para tu personaje; lo irónico es que todo se presenta por medio de menús y es muy rara la ocasión en que verás a tu avatar en pantalla y en consecuencia, los frutos de tu esfuerzo. También puedes comprar un boleto para entrar en un cuarto de espejos, donde por medio del PlayStation Eye, tu imagen real se distorsiona en muy variados modos, aunque al final no se trata más que de un aspecto estético y casi irrelevante que suma muy poco a la experiencia de juego.
A pesar de que contiene 35 actividades, Carnival Island es apenas un desafío y seguramente lo terminarás en dos horas. La ventaja en todo caso es que se trata de un trabajo diseñado para multijugador, así que en compañía de tres personas más, podrás disfrutar de incontables horas de entretenimiento y competencia.
Por supuesto, la mayor virtud del juego es la interacción con PlayStation Move, que con sus bondades tecnológicas permite interactuar con casi todos los elementos del entorno con peculiar fluidez y precisión. A decir verdad, Carnival Island es un buen ejemplo de las capacidades y la velocidad de respuesta del mando, lamentablemente la oferta del paquete es tan superficial que deja dudas de por qué no se lanzó hace un año, cuando comenzó la fascinación por el aditamento.
A fi de evitar dar rodeos al concepto del juego, es evidente que Sony intenta replicar el éxito de 2K con su propia franquicia de Carnaval, pero en mérito del distribuidor nipón, Carnival Island es una propuesta sólida que si bien tiene ciertos defectos en el desempeño del control, es ideal para aprovechar las virtudes de Move en compañía de la familia. Sigue sin ser parte de las experiencias sofisticadas que nos prometieron cuando se anunció el virtuoso mando con sensor de movimiento, pero la propuesta es divertida en especial para niños y sobre todo, a un precio muy accesible.
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