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Seguir el desarrollo de Crackdown 3 fue una montaña rusa de emociones extremas. Durante años, el juego fue mostrado como una importante evolución para el gaming. Crackdown 3 sería el heraldo de una generación de juegos que estaría apoyada por una columna vertebral hospedada en la elusiva nube: la oferta de servicios en línea de Microsoft. En cambio, lo que obtuvimos fue una completa sorpresa que es punta de lanza de otra revolución que está tomando forma: las suscripciones de videojuegos.
En todo este tiempo, se dijo y reafirmó que el énfasis de la experiencia de Crackdown 3 sería la destrucción de ambientes e incluso se mostraron avances donde los rascacielos eran reducidos a escombros gracias al inmenso poder del cómputo en la nube. Con tales expectativas recibimos Crackdown 3, un juego cuyo único elemento destruible son minúsculas y tristes barricadas que funcionan como coberturas.
- Versión reseñada: PC (Microsoft Store)
- También disponible en: Xbox One
Dicho lo anterior, la promesa de poder destruir el escenario quedó relevada al apartado multujugador titulado Wrecking Zone. Aquí encontramos una modalidad inicialmente divertida que se ve opacada de inmediato por decisiones de diseño pobres. El factor de diversión e innovación está presente cuando cazas a los agentes enemigos a través de paredes, techos y suelos; sin embargo, la emoción se queda corta debido al sistema de puntería, el cual mantiene en la mira al oponente en todo momento, lo que traiciona más de 20 años de entregas multijugador donde tú mismo tenías que apuntar hacia el enemigo.
"Una prueba de concepto cruda"
En Wrecking Zone se nota una desconexión temática, ya que la franquicia ha manejado y explorado con soltura el concepto de la verticalidad. Así pues, considero que el tema de la destrucción no le va muy bien porque el combate termina sintiéndose injusto: en Wrecking Zone no hay táctica y carece de forcejeos dramáticos que desembocan en una victoria. Definitivamente, se siente como una prueba de concepto cruda, y una completamente fallida. Solo es divertido a medias, 1 o 2 veces a lo mucho, debido a que los elementos que podrían mantener enganchados al jugador son prácticamente nulos.
Algo específico que podríamos esperar de Wrecking Zone es que los escenarios estén compuestos por formaciones geométricas complejas; después de todo, estamos utilizando una vasta y poderosa red de computadoras que calcula cada vector de destrucción. Lo que obtenemos, en realidad, son figuras geométricas básicas sin mucho trabajo de texturizado, aspecto que nos hace dudar del poder de la nube ya que ni es posible levantar los escombros para arrojarlos. En resumen, esperaba más de esta modalidad considerando que los sistemas de destrucción no son para nada nuevos en los videojuegos.
Crackdown 3
Milagros inesperados
Dejando de lado lo anterior, encontramos el modo principal de Crackdown 3: la campaña. Aquí encarnas a un agente modificado genéticamente que pertenece a La Agencia, organización que aplicará en el trasero de los malhechores la dura y pesada bota de la justicia… por supuesto, con descomunales magnitudes de fuerza. La acción sucede en New Providence, una isla donde reina Terra Nova, una mega corporación que oprime a su gente con puño de hierro y modelos económicos cuestionables. Por supuesto, nuestro héroe no puede permitir que esto suceda así que se encamina a erradicar el liderazgo de dicha institución para liberar al pueblo.
"Es extrañamente adictivo"
Tu misión consiste en eliminar sistemáticamente a la malvada organización estropeando pieza por pieza sus canales de comunicación, transporte, tecnología e industria. Conforme desatas el caos en la ciudad tendrás la posibilidad de retar a cada uno de los malhechores y así hasta desmantelar la institución luego de eliminar a su jefe. De esta forma, Crackdown 3 es fiel al diseño sandbox que ofrecieron sus antecesores en el sentido de que necesita muy poco contexto echar a andar la aventura. Aquí tienes a tu disposición un terreno de juego amplio con grandes dotes de verticalidad para emplear todo el potencial de tu personaje. Al mismo tiempo, estás rodeado de una finita cantidad de actividades y misiones que concluyes para mover una barra de progreso, requisito indispensable para enfrentar a los jefes. Así, te encaminas a los marcadores en el mapa para liberar a miembros de la resistencia, desactivar torres de propaganda, eliminar plantas químicas y, por supuesto, participar en la incansable actividad que representa obtener múltiples orbes que contienen experiencia para mejorar tus habilidades de agilidad.
Aquí es donde Crackdown 3 brilla en toda su extensión. Es extrañamente adictivo, una de las formas más puras que hay en los videojuegos. La acción de correr, saltar, golpear y disparar a cuanto enemigo se planta frente a ti es extremadamente satisfactoria —descartando el apartado de vehículos—. Es divertido. Estamos ante una amalgama bien definida y lograda que combina diferentes fundamentos de combate, movilidad y ritmo para entregar una sensación poderosa y cálida. De cierta forma, es todo un logro de diseño que nos recuerda por qué ciertos clásicos, a pesar de sus décadas de existencia, continúan siendo tan divertidos como la primera vez.
Como anécdota personal, cuando jugaba Crackdown 3 perdía toda noción del tiempo al perseguir las actividades a lo largo y ancho de New Providence. El ritmo de juego me encaminaba a seguir el marcador más cercano para desatar toda la furia de mi agente; a perseguir a los enemigos y golpearlos en una rápida sucesión de combos para continuar con vida; a cambiar de armamento de manera instantánea y acabar con objetivos distantes para culminar con el objetivo y, rápidamente, salir disparado al siguiente marcador dando grandes saltos. Con el tiempo, dicha sensación se fue diversificando debido a que mi agente se volvía más fuerte, más resistente y saltaba cada vez más alto, al mismo tiempo que aprendía nuevas habilidades y desbloqueaba armamento cada vez más poderoso. De cierta forma, la entrega es un milagro inesperado.
"Lo único que sobra es un mundo lleno de potencial desperdiciado"
Así pues, Crackdown 3 resultó ser una sensación llena de momentos explosivos que anhelo volver a experimentar. Comento lo anterior debido a que la experiencia es efímera, es decir, después de concluir 95% de las actividades —y con esto damos por entendido que son pocas— en un lapso de 6 horas, más o menos, la experiencia pierde su encanto. Al concluir los requerimientos principales de historia, la magia se extingue y lo único que sobra es un mundo lleno de potencial desperdiciado, carente de actividades emergentes que te inciten a mantenerte enganchado dentro del excelente flujo de combate. A lo mucho, tienes la oportunidad de comenzar de nueva cuenta la historia, manteniendo el progreso del agente en una nueva dificultad, pero, sin duda, el impacto del juego se pierde.
El sentimiento anterior es curioso debido a que las entregas originales pecaban de lo mismo, motivo por el que permanecen con un velo de culto: juegos con gran potencial y divertidos, pero defectuosos en cuanto a su ejecución. También existe el argumento de que “así son” las entregas de Crackdown, el cual entendemos completamente, sin embargo, para la época actual, el diseño fundamental de la experiencia hace que se sienta añeja y arcaica. Muchos de los problemas más puntuales de Crackdown 3 fueron solucionados hace más de 8 años.
Crackdown 3
Aciertos y fallos
En cuanto al diseño audiovisual, Crackdown 3 es una entrega gráficamente decepcionante que luce pocos detalles ambientales significativos y que al mismo tiempo se esfuerza en emular los acabados estéticos de entregas pasadas. No obstante, la identidad visual de de New Providence, la malvada organización de Terra Nova y sus múltiples secuaces es un acierto. Aquí, los fragmentos narrativos se cuentan mediante pequeñas animaciones que delatan una buena dirección gráfica. En cuanto a la banda sonora, podemos decir que se apega bien a la acción en pantalla, con melodías electrónicas que imprimen la emoción adecuada a los momentos de caos y confusión.
Adicionalmente, la versión para PC tiene desperfectos relacionados con los vectores y magnitudes de movimiento del ratón, no obstante, no fueron un gran impedimento para disfrutar de la experiencia. Al mismo tiempo, el componente multijugador en nuestro caso sufrió pérdidas en el conteo de cuadros por segundo, mientras que el cooperativo bloquea el conteo de fps a 30 sin razón aparente. Esto último, recientemente se anunció que será arreglado mediante un parche en el futuro.
Por otro lado, Crackdown 3 se ofrece localizado en español latino que es suficiente y aceptable debido a que no hay rostros en pantalla. El único momento donde podemos ver una cara es durante la introducción del juego: Terry Crews recita un carismático mensaje a su escuadrón antes de ser eliminado. En este aspecto, el actor estadounidense amante del PC Gaming tiene mayor poder e intensidad que la caracterización en español. El resto se limita a diálogos genéricos y repetitivos que comentan los detalles de tu aventura que se entonan hasta sacarte de tus casillas.
Juegos a la carta
Si reflexionamos sobre Crackdown 3, llegamos a la conclusión de que pudo ser una de las piezas estratégicas más fuertes para apoyar el lanzamiento de Xbox One porque es divertido, el gran problema es que salió 5 años muy tarde. No obstante, al ser lanzado en la época actual, es muy difícil pasar por alto las puntualidades de su diseño, en especial por ser la punta de lanza de Xbox durante 2019 que, a propósito, se nos ha adelantado en múltiples ocasiones que será espectacular.
"Es una de las atracciones más fuertes y un gran incentivo de suscripción"
Por otro lado, Crackdown 3 es una apuesta importante dentro de un esquema maquiavélico que Microsoft ha puesto en marcha. Con tal lanzamiento, la compañía refuerza de manera significativa su catálogo de entretenimiento que forma parte de la iniciativa Game Pass, pues éste es un título por el que difícilmente pagarías la etiqueta impuesta de $60 USD. Sin embargo, por la módica cantidad de $9.99 USD al mes, es una de las atracciones más fuertes y un gran incentivo de suscripción.
Con un potencial limitado por su diseño arcaico, Crackdown 3 brilla el tiempo suficiente como para entretenerte un fin de semana y anotarte una jugosa cantidad de logros, pero lo más seguro es que después lo olvides y sigas con tu programación habitual. Entonces, está recomendado como una atracción obligatoria para los miembros de Game Pass porque ofrece diversión y acción sin adulterar, pero nada más.
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