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Después de retrasos y de creer que nunca se llevaría a cabo, por fin debuta System Shock, el remake del clásico para computadora de principios de los 90 que allanó el camino para que otros pudieran correr. Y bien, ¿cuál es el veredicto? Es un tremendo éxito; el material fuente fue respetado al mismo tiempo que se le añadieron muchísimas mejoras en la calidad de vida a una experiencia que desesperadamente las necesitaba.
Antes que nada, perdona la clase de historia, pero es importante mencionarla para entender el tipo de juego que fue System Shock. Este juego, desarrollado por Looking Glass Technologies y publicado por Origin Systems Ltd en 1994, fue una pequeña revolución en la industria de los videojuegos. Para muchos, System Shock es una obra maestra incomprendida que titubeó durante sus primeros pasos, pero que sirvió de influencia para obras más grandes e importantes como Deus Ex, System Shock 2 y Half-Life. Sobre todo, se recuerda porque inició una era que cambió la filosofía con la que se abordaba la creación de juegos.
Lo que hace tan especial a System Shock es que innovó en la narrativa de los videojuegos, ofreciendo niveles de inmersión nunca vistos que se conocen a través de la exploración. Es un juego que explica muy poco, pero a medida que avanzas, encuentras bitácoras de audio y diarios que explican el contexto en el que te encuentras. En muchos sentidos, los personajes que dejaron atrás dichos mensajes son quienes construyen la atmósfera del juego.
"Se pueden notar sutiles cambios que, en otra circunstancia, hubieran significado un cambio total y radical al material fuente"
El diseño de niveles de System Shock fue revolucionario para su época. Se construyó en una etapa en la que solía haber laberintos temáticos abstractos; por ejemplo, un laberinto con temática de fábrica. System Shock es diferente porque se alejó de lo abstracto. La Citadel Station, lugar donde ocurren los hechos, es un espacio laberíntico, sí, pero está hecho para que se perciba orden funcional. Por ejemplo, hay baños, pasillos y recepciones, es decir, locaciones que existen en nuestro entorno real.
El tercer pilar es SHODAN, la narcisista inteligencia artificial con complejo de dios que se convirtió en una de las villanas más icónicas y emblemáticas de la historia. Ella controla la estación y tú eres un intruso, lo cual genera una tensión latente y perpetua. Nunca estás a salvo y la sensación de que te observa está presente en todo momento.
Una estancia agradable en Citadel Station
Dicho esto, System Shock debutó muy temprano y se nota. Es un juego cuya versión original es injugable bajo los estándares modernos, y esto se debe a que en su momento ni siquiera existía un modelo común de ordenamiento de los comandos. Al jugar, la impresión era que tenías a un robot controlado por una decena de palancas. Además, su interfaz de usuario era tan primitiva que si resultaba funcional era porque se convertía en un gusto adquirido. Todo esto le imprimió a System Shock una personalidad única y un estatus simbólico, con todo lo bueno y malo que esto conlleva.
Para el remake, muchos de estos problemas han sido corregidos, acercando el juego a una experiencia moderna, digerible y cohesiva. Sin embargo, esto significó que perdió un poco de su encanto. Entre las mejoras notables se encuentran la corrección de muchos elementos crípticos, como la introducción, que ahora es una secuencia completa que otorga el tan necesario contexto. Además, desde el comienzo del juego en la bahía médica de Citadel Station, se pueden notar sutiles cambios que, en otra circunstancia, hubieran significado un cambio total y radical al material fuente. Los cambios realizados son respetuosos con el original y suman para hacer que el remake sea mucho más digerible.
Esto significa que System Shock no es una copia exacta del juego original. Es una versión que toma libertades creativas sin olvidar sus raíces ni perder el rumbo. Por ejemplo, las secuencias para progresar son diferentes, un poco más directas y menos complicadas que en el original. Y que quede claro desde el principio, el remake continúa ofreciendo una sensación desoladora que te obliga a explorar cada rincón de Citadel Station. Como mencionamos antes, System Shock ofrece inmersión a través de la exploración, por lo que es importante prestar atención. De lo contrario, los objetivos tienden a pasar desapercibidos en los mensajes de audio y texto en la estación. Sin embargo, para fortuna de aquellos que pretenden turistear en Citadel Station, System Shock ofrece opciones modulares, como en el original, que regulan la dificultad haciendo trivial los acertijos y el combate, incluso añadiendo marcadores en pantalla para guiar al jugador.
"Es una versión que toma libertades creativas sin olvidar sus raíces ni perder el rumbo"
En cuanto al combate, encontramos que ha sido mejorado. Si bien las mecánicas permanecen más o menos similares, las armas dejaron de ser redundantes. Si recuerdas, en la entrega original había casi dos decenas de armamentos que compartían funciones. Para el remake, se redujo la cantidad de armas y, en cambio, se ofrece un nuevo sistema de inventario (similar al de Resident Evil 4) para evitar tenerlas todas y elegir la que mejor te convenga.
Además, una de las facetas interesantes del juego original son las secciones del ciberespacio, una suerte de shooter con 6 grados de libertad que regresa, pero mejorada visualmente. Antes, era una sección confusa porque se mezclaban las líneas de los túneles y cuartos digitales que conforman este espacio abstracto. En el remake, se logra apreciar un deseo por replicar el mismo asombro e incertidumbre por la apariencia, pero ahora la presentación visual está mejor cuidada ya que deja ver los límites de los pasillos y túneles que navegas.
Aprenderás más sobre el dolor de lo que nunca quisiste saber
Lamentablemente, no todo es enteramente positivo. Por ejemplo, los acertijos podrían haber tenido una mejor curva de aprendizaje ya que su lenguaje es inicialmente confuso. La primera vez que te enfrentas a uno, tienes una noción general de lo que debes hacer si tienes cierto entendimiento de cómo funcionan este tipo de puzzles, es decir, entiendes el lenguaje de los videojuegos. De lo contrario, puede llegar a costar mucho trabajo tratar de entenderlos y, quizá, hasta se pueden tornar frustrantes de tanto prueba y error sin aparente éxito. Sin embargo, una vez superada dicha barrera, los acertijos funcionan como retos mentales que son una merecida pausa a la dinámica de exploración y desolación.
De la misma manera, el juego muestra sus años. Es muy evidente que pertenece a una estirpe muy antigua y olvidada, por lo que sentir confusión es una constante, incluso si estás prestando mucha atención en la narrativa ambiental. Digamos que, si no estás específicamente sintonizado para disfrutar este tipo de juegos, te la vas a pasar muy mal en medio de tanto compromiso y yendo y viniendo de un pasillo a otro sin hacer un poquito de progreso. Aun así, te animo a que le des una oportunidad.
Además, al tratarse de un juego donde la exploración es esencial, nos hubiera gustado un sistema de mapeo más robusto que explique mejor lo que significa cada uno de sus botones y la posibilidad de elegir entre diversos tipos de signos para poner marcadores. Esto podría reducir un poco el sentimiento frustrante de exploración, ya que actualmente solo hay un tipo de marcador en el mapa, por lo que es fácil perder el rastro y olvidar la razón de ponerlo en un lugar en primer lugar.
En cuanto a lo visual, nos gustó el resultado de Night Dive Studios. System Shock utiliza una suerte de arte pixelado apoyado con muchos efectos de postprocesamiento de imagen que imprimen a las escenas un elemento desconcertante de profundidad. Además, resulta sorprendente ver que los pisos de Citadel Station mantienen su toque distintivo, incluso cuando fueron actualizados visualmente. La apariencia entre el original y el remake es contrastante, pero aun así, es posible discernir cada piso individualmente.
Por otro lado, aunque nos gustó el apartado visual de System Shock, creemos que exageraron en algunos aspectos. Por ejemplo, el efecto de bloom puede ser un dolor de cabeza, especialmente al momento de interactuar con algunos acertijos, ya que el brillo ofusca la pantalla y la legibilidad del acertijo. Al mismo tiempo, también nos agrada, porque refleja la naturaleza biónica del personaje, que fue sometido a una cirugía de implante. En otras palabras, incluso el juego simula cómo se ve la luz a través de un lente o cámara. ¡Increíble!
"El juego muestra sus años. Es muy evidente que pertenece a una estirpe muy antigua y olvidada"
Asimismo, la música es adecuada para la experiencia. Se pueden sentir las notas lúgubres y misteriosas que acompañan algunos niveles, pero no llega a ser tan emblemática como en el original. En retrospectiva, algunas pistas originales chocaban con la dirección y el tema de misterio y soledad; otras transformaban la ciudadela en una discoteca dark, por lo que no sabías si morderte las uñas de miedo o comenzar a bailar. Como dijimos, era un soundtrack memorable. En este remake, la música no está mal; es adecuada para la experiencia y se acopla con lo que se vive y muestra en pantalla; su problema es que no la recuerdo. Pero honor a quien honor merece, en System Shock regresa la legendaria actuación de Terri Brosius como SHODAN en una interpretación a la altura con su característica ecualización de audio, con todo y sus glitches sonoros. Han pasado casi 30 años, y continúa siendo un trabajo enervante. Es simplemente sensacional.
Por otro lado, otro aspecto del juego original que se perdió fue la presentación. La original fue producto de su tiempo y es un aspecto que lo caracteriza, incluso en la época moderna. El remake perdió un poco este enfoque. Es decir, no tiene ningún detalle que la haga diferente. Funciona. Son rectángulos que albergan el inventario y otros botones. Aquí pudieron haber hecho un diseño que fuera de la mano con la temática de hackers.
Regreso triunfal a Citadel Station
En fin, System Shock por parte de Night Dive Studios es un título que aprecié muchísimo. Revitalizó mi interés por un juego que usualmente permanece detrás de los reflectores a pesar de ser sumamente influyente. Además, mostró tener extremo cuidado al momento de recrear una experiencia añeja, revitalizándola y adaptándola a la época moderna sin perder el rumbo o corromper su esencia. A pesar de esto, System Shock no deja de mostrar su verdadera edad, por lo que puede ser una recomendación cautelosa, pero aquellos que deseen explorar sus mecánicas y universo rico en detalles tendrán una experiencia satisfactoria y nostálgica para los conocedores.
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