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Resident Evil es una franquicia emblemática para la industria de los videojuegos. Entre sus logros se encuentra la fundación del género survival horror con una entrega que resultó un gran éxito y convirtió a la franquicia en una de culto con millones de seguidores. Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y la saga fue víctima de varios lanzamientos y cambios de giro mediocres que dejaron atrás los elementos más importantes que popularizaron a la serie. El lanzamiento de Resident Evil 7: Biohazard es gran importancia porque pretende retornar a las filosofías de diseño que cautivaron a generaciones de jugadores para que la serie regrese a la cima donde pertenece.
Resident Evil 7: Biohazard es la séptima entrega de horror que persigue la numeración principal, pero también es la más extraña y ajena. Sin contar los juegos sobre rieles de disparos, es la primera vez que la franquicia aborda la perspectiva en primera persona en su totalidad para enfrentar al jugador a una versión de survival horror nunca antes vista en un Resident Evil, siguiendo los valores que hicieron grande a la franquicia. Debido a esto, las comparaciones y similitudes con otros juegos son inminentes. Las más evidentes son la sensación desesperante de un protagonista indefenso, como la de Amnesia: The Dark Descent y las secuencias de alta intensidad que conforman la experiencia lineal de Outlast.
Comenzamos con la historia del juego que nos introduce a Ethan Winters, un sujeto ordinario más corriente que común durante su visita a una granja en Luisiana, al sur de Estados Unidos. El gancho de la trama es una carta y una grabación que envió la esposa de Ethan que lleva 3 años desaparecida, Mia Winters. Pronto, las cosas tendrán un giro dramático y lúgubre para nuestro nuevo protagonista, quien tendrá que sobrevivir una noche de terror dentro de la derruida y macabra mansión que es hogar de la familia Baker.
Nuestro protagonista, Ethan Winters, es un vistazo al pasado y a los controles torpes estilo tanque que caracterizan a la serie. Winters no recibió entrenamiento especializado y es torpe para desplazarse. Dentro de sus acciones se encuentran caminar y correr ligeramente más rápido e incluso su habilidad con las armas es limitada. Esto es un gran agregado para la combinación de atmósfera, tensión e inmersión en el nuevo mundo de terror porque no se siente como un héroe dotado.
Resident Evil, como franquicia, se ha construido sobre 4 pilares: ambientación, combate, historia y tensión. Dentro del apartado ambientación tenemos que decir Capcom lo ha logrado; Resident Evil 7: Biohazard es una entrega vigorizante que captura las filosofías de diseño original bajo una perspectiva diferente.
Comencemos con la ambientación. Visitar la casa Baker y sus diferentes locaciones es una experiencia única en su tipo y podríamos decir que funciona como un personaje adicional. Las locaciones emplean una combinación audiovisual sobresaliente donde cada centímetro cuadrado muestra un cuidado excepcional a los detalles. La casa y locaciones que visitas son horribles en el buen sentido de la palabra porque cada elemento, cada pared y cuarto, cuenta de forma sutil la historia de sus habitantes y su descenso al mundo de terror. Los sótanos son descuidados, están llenos de basura y mugre y en ellos hay tuberías rotas, paredes derrumbadas y restos biológicos. En ocasiones, sentirás que desciendes al calabozo de un asesino en serie que además es un acumulador. Es asqueroso, repugnante y vil, entre muchas malas palabras que se pueden emplear.
Lo anterior queda acentuado con el excepcional diseño de sonido ambiental y la carencia de una banda sonora en gran parte del juego. Cada paso dentro de la mansión es una experiencia que tiene la capacidad de vencer hasta a los veteranos más curtidos en el género de terror. El sonido de la madera crujiendo, goteras fantasmales, golpeteos sin explicación y el sonido del aire, son un gran complemento para entregar una de las ambientaciones mejor logradas en la franquicia. Es seguro que, durante la experiencia, corras despavorido a la zona segura después de escuchar el más débil sonido.
Es asqueroso, repugnante y vil
Dentro de la mansión, tu misión es escudriñar locaciones en busca de ítems que te ayudarán a progresar en la historia, teniendo cuidado de los peligros inherentes del lugar. Durante estas secuencias los elementos que construyen la franquicia siguen presentes. Por ejemplo, las clásicas llaves temáticas que dan acceso a áreas restringidas, así como diferentes atajos que facilitan el backtracking de las áreas. Los acertijos también están de vuelta, pero tenemos que decir que son un poco decepcionantes debido a su sencillez: no son paredes que impiden el progreso y lo más factible es que conozcas la respuesta de alguno de forma instantánea o el siguiente lugar que visitar sin mucho problema. Resident Evil 7: Biohazard es el título más fácil de la franquicia e incluso podríamos que peca de lineal. No son malas noticias porque, a nuestro parecer, todo está hilado perfectamente para mantener un excelente ritmo de juego, sin tiempos muertos o partes aburridas.
También tenemos el combate, que curiosamente, se apega fielmente a que conocemos. Aquí la acción de apuntar es difícil y se acopla a la fantasía del novato que es el protagonista. Levantar el arma es lento y recargar munición toma otra eternidad. Lo anterior es un gran acierto que complementa la ambientación desesperante y la nueva fantasía de terror que imprime el juego. El arsenal que obtienes al explorar la mansión es clásico en la franquicia: cuchillos, pistolas, escopetas, lanzallamas y otras ordenanzas de fuego pesado. La munición que encuentras es abundante y suficiente para eliminar a la mayoría de los enemigos, incluso para etapas posteriores del juego es factible que acumules un arsenal formidable. Aquí se puede perder la sensación de estar indefenso, pero durante este lapso el juego te enfrenta con grandes cantidadesoponentes un poco más resistes que los anteriores. Lamentablemente, la última parte de la historia podría sentirse como un shooter más que como una experiencia survival horror, pero así son todos los Resident Evil.
En cuanto a los enemigos que complementan el combate encontramos a oscuras criaturas viscosas que siguen la ficción de esta historia. Al inicio, estos enemigos son lentos y requieren toda tu munición para ser abatidos, así que para escapar de ellos necesitas una acción inteligente, rápida y mover con velocidad las piernas. Más adelante, Resident Evil 7: Biohazard te retará con más variedad de enemigos, algunos más resistentes, veloces y peligrosos, sin embargo, no escapan del diseño principal, similar a ciertas criaturas de las profundidades de la ficción del cine de terror. En esta apartado estamos un poco decepcionados porque lo único a combatir son 3 variaciones del mismo enemigo y a la larga, este elemento se torna aburrido y hasta llega a disminuir el sobresalto. Al final no son una verdadera amenaza y podríamos decir que son más que molestias que un reto a vencer.
Por otro lado, tenemos a los habitantes de la casa Baker: Jack, Marguerite y Lucas. Estos personajes son los antagonistas principales que enfrentarás durante la travesía. En primer lugar, tenemos a Jack, un gigante agresivo quien acosa tus pasos en la casa. Jack se presta para secuencias de gran intensidad debido a la torpeza de Ethan, así que aquí tienes 2 opciones: escapar o derribarlo con tu armamento, lo cual no es garantía de que permanecerá abajo. Enseguida encontramos a Marguerite, quien presenta situaciones de sigilo en una parte limitada del juego, sin embargo, también es factible enfrentarla, aunque es sumamente riesgoso. Por último, se encuentra Lucas, quien te retará con acertijos y trampas al estilo tradicional de la franquicia. En conjunto, el trío de antagonistas te reta de diferentes formas y con ellos se hace evidente la influencia de Amnesia porque el protagonista debe permanecer oculto y cuando es descubierto, la carga explosiva y sensorial de Outlast es muy fuerte.
Como buen Resident Evil, el juego presenta diferentes jefes que siguen la mitología de la serie y el conflicto en curso. Sobre estos podemos decir que son enfrentamientos intrépidos de gran intensidad. Sin embargo, la principal mecánica de combate es sencilla; al final,los enemigos sólo actúan como costales de puntos de salud y receptores de munición. En este apartado nos hubiera gustado que el estudio empleara mecánicas de combate más refinadas o algún gimmick para vencerlos, pero en general, la sensación de victoria después de vencerlos es satisfactoria.
Ahora veamos el pilar de la historia que nos recuerda otros títulos del género survival horror y ciertas cintas de terror.En esta entrega no encontramos algo nuevo o innovador; aquí todo comienza de forma lenta con notas simples que establecen un tono de misticismo sobrenatural. Un gran logro del juego y también de la franquicia, es que la trama se mantiene sencilla, sin embrollos que requieren conocer 20 años de lanzamientos, pero esto no significa que carezca de conexión con los acontecimientos principales de entregas pasadas; todas están ahí, de forma sutil a lo largo y ancho de las locaciones de juego, lo cual es un excelente agregado para los fans que han dedicado su vida a la serie. Más adelante, la historia se torna sumamente oscura y complicada, incluso ofrece tintes de horror psicológico y sobrenatural que no resulta absurdo porque queda bien explicado durante la conclusión. Conforme terminas la historia, los puntos se conectan y desaparecetodo rastro de misticismo. Sin embargo, el verdadero final deja muchas incógnitas sin respuesta.
Funciona como una metáfora del mismo jugador
Un aspecto interesante y sobresaliente sobre el personaje es palpable a lo largo de la historia. Al comenzar, el protagonista es lanzado al fondo de una experiencia de horror y sentimos su disgusto. Las reacciones son instantáneas y humanas, sin duda, una situación con la que puedes relacionarte enseguida. Sin embargo, esto cambia con el paso de las horas de juego y cuando el personaje desciende al infierno, deja de sentir el miedo de la primera vez y comienza a mostrar confianza. Esto es evidente cuando manda al carajo a los antagonistas más imponentes, lo cual es un gran detalle y funciona como una metáfora del mismo jugador. Un gran acierto por parte de Capcom.
El último departamento que construye la fantasía de Resident Evil es la tensión. Este elemento se cimienta en el ritmo inigualable y las mecánicas características del juego que son fundamentales para la franquicia. Por mencionar algunos, aquí se encuentra la conjunción del sistema de inventario limitado y malabarismo de ítems junto con refugios con las máquinas de guardado y el baúl de ítems que sirven de santuarios que puedes utilizar como una merecida pausa durante la visita a la lúgubre casa. Además, tenemos un pequeño sistema de crafting para construir munición y equipo de salud. Tenemos que decir que el juego es bondadoso con los artefactos porque nunca se siente que falten o sean escasos.
Asimismo, encontramos nuevas adiciones en la forma de cintas VHS. Como descubrimos en el demo, éstas permiten participar en secuencias que ocurren en el pasado. Lo importante de ellas son 2 aspectos: el avance narrativo que, en algunos casos, complementa los acontecimientos que ocurren y con piezas de información sutil que ayudan a los más observadores con el progreso del juego.
La conjunción de mecánicas es responsable del excelente ritmo que te mantiene avanzando. Ninguna parte del juego es abrumadora o aburrida. Todo combina a la perfección, desde la atmósfera hasta las mecánicas de inventario; los ítems, la munición, incluso con la simplicidad de los acertijos. Resident Evil 7: Biohazard es una verdadera obra de arte de horror, donde los elementos que la conforman se complementan majestuosamente para nunca perder la atención del jugador. Pienso que introducir acertijos más complicados y elaborados sería un negativo para el objetivo del juego, que por ahora es una experiencia densa, atractiva e inolvidable. Son muchos los elementos que pasan desapercibidos la primera vez, pero siguen construyendo la fantasía que nos cautivó desde la primera vez que prendimos un PlayStation y que han perdurado durante décadas.
Resident Evil 7: Biohazard
Lo último por cubrir es la rejugabilidad. En esta ocasión, nos enfrentamos a un juego corto, pero denso en experiencias y situaciones. Nuestro primer acercamiento tomó cerca de 12 horas para explorar cada detalle, huir de los enemigos y ser sumamente meticulosos. Ahora bien, el factor rejugabilidad puede dividirse en encontrar una limitada selección de coleccionables, enfrentar la dificultad máxima y terminar el juego en menos de 4 horas. En total, podríamos hablar de 5 partidas de principio a fin para completar la lista de trofeos. En nuestra opinión, no está mal por la exquisitez de la construcción total de la experiencia.
Así llegamos al final de esta reseña donde tenemos que mencionar el tema de reinvención que sufrió la franquicia porque parece una metáfora de la misma. Cada 3 entregas principales la fórmula original cambia su ADN por medio de una especie de mutación: después de 3 juegos, la fórmula evolucionó para mostrar una nueva perspectiva y un enfoque en la acción y con la más reciente entrega, el cambio nos lleva a nuevos horizontes y a un regreso en forma a las raíces que construyeron tan emblemática franquicia. La transformación es casi poética a pesar de los altibajos que sufrió en los últimos años.
Resident Evil 7: Biohazard nos dejó una excelente impresión y estamos emocionados por el futuro de la saga. El juego es una experiencia estelar de survival horror y un punto de referencia para el género. Grotesco y repugnante, pulido hasta el mínimo detalle y con un ritmo envidiable. Resident Evil 7: Biohazard, sin lugar a dudas, es el regreso triunfal a lo más importante de la saga. Ahora estamos a la espera de que el remake de Resident Evil 2 ofrezca el mismo cuidado y respeto que merece tan emblemática franquicia para la industria de los videojuegos.
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