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El desarrollo de un juego es solo la punta de un iceberg que involucra todo tipo de detalles legales pues en todo momento se debe procurar que lo realizado estén en orden en diversas materias como las leyes de derechos de autor. Al mismo tiempo, es preciso que los creativos sepan proteger su obra previniendo cualquier polémica y un ejemplo de lo anterior se ha presentado con los desarrolladores del FPS indie Oceanic que están por iniciar una disputa con el gigante armamentista ruso Kalashnikov.
¿Un pleito contra una compañía de armas en Rusia?
De acuerdo con información de IGN y Kotaku, una inesperada polémica ha surgido en la escena indie de los videojuegos pues Ward B, estudio responsable del FPS de tipo futurista Oceanic que se encuentra en desarrollo, acusa a la compañía fabricante de armas rusa, Kalashnikov, de haber robado el diseño de una escopeta que forma parte del armamento del juego. De inicio se podría pensar en una coincidencia que pudiera dar comienzo a una disputa legal, pero en este caso no es así pues Ward B y Kalashnikov sí tuvieron una relación.
Lo anterior fue confirmado por el director general del estudio, Marcellino Sauceda, quien aseguró que a inicios de 2021 la compañía Kalashnikov se acercó al equipo para manifestar su agrado por el juego y la temática que manejaba, esto con el objetivo de establecer una relación comercial. En específico, Kalashnikov expresó su gusto por la escopeta Mastodon que puedes ver a continuación:
Kalashnikov quería llegar a un acuerdo comercial pero algo salió mal
El interés de la compañía rusa era convertir la escopeta Mastodon en un arma real y a cambio ofreció los créditos correspondientes, probablemente una cantidad de dinero, y 3 piezas reales que serían entregadas a Ward B. Sin embargo, en el momento de redactar y firmar los contratos nadie de Kalashnikov apareció.
Fue entonces cuando la polémica inició pues la compañía presentó al mercado la escopeta MP-155 Ultima, la cual, según Ward B, tiene como origen la escopeta Mastodon de Oceanic cuyo diseño y elementos, entonces, habrían sido robados por Kalashnikov.
En marco de la acusación de Ward B contra Klashnikov, el estudio de videojuegos señala que hay claros elementos para considerar el robo del diseño de la escopeta aunque disten ambas versiones en su modelo final. Por su parte, un representante de la compañía rusa aseguró que el trato se vino abajo cuando se detectaron inconsistencias en el origen de los fondos que hacen posible el desarrollo del juego y en las propuestas de pago, lo cual les hizo dudar sobre la verdadera posesión de los derechos sobre el diseño de la escopeta.
Hasta el momento, Ward B ha enviado las tradicionales cartas de cease & desist para Kalashnikov, pero parece que no habrá respuesta de la compañía hasta que el asunto sea llevado ante las autoridades encargadas de procurar justicia.
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