En abril del año pasado, un joven escocés de 13 años le cortó el cuello a otro de 14 años, y las autoridades del país europeo sospechan que los videojuegos violentos tuvieron algo que ver en el crimen. La razón para las autoridades es que los adolescentes solían jugar Gears of War 3, título que tiene una clasificación para adultos y, de hecho, discutieron acaloradamente a través de Xbox LIVE un mes antes del asalto.
Estos juegos tienen una clasificación de 18 años y no deberían ser jugados por niños de esta joven edad pero la interacción en línea podría estar fuera del conocimiento de los padres, declaró Brian Docherty, director de la policía escocesa.
El policía que reportó el crimen era de la opinión que los títulos violentos que jugaba en línea el acusado pudieron ser un factor en su conducta, dijo el fiscal Andrew Brown a la corte.
Microsoft, por su parte, manifestó apoyo a la familia de los afectados, pero aclaró que Xbox cuenta con uno de los sistemas de control parental más robustos lo que es cierto. Sin mencionar que todos los juegos para la consola de antemano vienen con una clasificación impuesta por PEGI, el órgano regulatorio y de información de videojuegos en Europa.
Queda claro que en un acto de esta naturaleza intervienen factores que van más allá de un medio de entretenimiento como los videojuegos, pero el hecho de que los padres permitan que sus hijos se expongan a materiales para adultos es preocupante y demuestra que la industria, como tal, todavía tiene trabajo pendiente en materia de información y educación parental.
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