El pasado 30 de enero THQ dejó ir a su director general, Brian Farrell, a su presidente, Jason Rubin, y a su director de operaciones, Jason Kay, consumando su proceso de disolución; así lo informó hoy la compañía a la Comisión del Mercado de Valores (SEC).
La tripleta ejecutiva había permanecido en THQ a fin de vender la mayor parte de las propiedades de la distribuidora y encontrarles nuevo hogar a tantos empleados como fuera posible. Es de suponer, entonces, que con la contratación de varios miembros de Vigil por parte de Crytek, dicho proceso llegó a su final y el futuro de Darksiders quedó en el aire.
Cabe agregar que el viernes 31 de enero también concluyó la prestación de seguro médico para los trabajadores que aún permanecían en la compañía. En otras palabras, prácticamente ya no queda nada de THQ.
Los bienes de THQ se subastaron el pasado 22 de enero. Ubisoft se quedó con THQ Montreal y South Park: The Stick of Truth; Koch Media adquirió Volition, Metro y Saints Row; SEGA compró Relic Entertainment; Evolve pasó a manos de Take-Two, y se especula que la misma compañía se quedó con la licencia de la WWE.
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