Suiza es un país que permite la descarga de contenidos caracterizados como pirata, siempre y cuando sea para uso personal, pero para dar soporte a dicha política, el gobierno helvético efectuó un estudio cuyos resultados fueron contrastantes con lo que se vive en el resto del mundo.
De acuerdo con la investigación, la piratería no tiene ningún impacto en el índice nacional de venta de videojuegos (música y videos), puesto que el presupuesto de las personas destinado para estos productos no varía como consecuencia de la descarga ilegal; de hecho, según el estudio, aquellos quienes bajan más material apócrifo, constituyen al grupo de consumo de videojuegos más activo.
Lo antes expuesto condujo a la conclusión de que en Suiza la piratería es inofensiva para la industria del entretenimiento, coincidiendo con un estudio similar llevado a cabo en Holanda durante 2009, y con opiniones recientes de miembros del estudio Team Meat, quienes aseguraron que dicha práctica, ilegal en la Unión Americana y muchos otros países, es un indicador de éxito.
Vale hacer especial énfasis en las singulares condiciones socioeconómicas de Suiza como país, mismas que no aplican para el resto del orbe. La Confederación Helvética tiene la segunda economía más sólida y competitiva del mundo, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional, y también cuenta con uno de los mejores índices de poder adquisitivo, así como el puesto número once en cuanto a educación. Gracias a esto, la piratería en Suiza es 35% menor que en el resto de Europa, es decir que, pese a su libertad, los helvéticos tienen la cultura y el dinero suficientes como para comprar original.
Hace algunos meses, la ESA, órgano involucrado en el combate de la piratería en todo el mundo señaló al aspecto cultural como decisivo en la incidencia de la piratería alrededor del mundo y aquí está un muy buen ejemplo.
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