El ataque perpetrado a la PlayStation Network en abril dejó una marca profunda en las finanzas de Sony, con un costo de hasta $173 millones USD, pero sobre todo, en la confianza de los consumidores hacía la multinacional. La compañía con sede en Japón, ha reiterado en diferentes ocasiones que continúa investigando para dar con los responsables y averiguar qué tanta información fue robada de sus servidores.
Mientras Sony comenzó su búsqueda a raíz del daño, gobiernos de diferentes países le llevan una considerable delantera, víctimas de sus propios ataques en meses o incluso años anteriores. Y es que Anonymous, una colectiva plural que se dedica a perpetrar intrusiones a sitios web de gobiernos, corporativos y organizaciones, ha sido señalado como responsable de la ofensiva a la red de PlayStation. Las agencias gubernamentales encargadas en seguridad han tenido problema para rastrear criminales en la red mundial, ya que su forma de operar se basa en células independientes que, en el momento acordado, generan miles de ataques de degeneración de servicio (DDoS) para colapsar servidores web, disfrazando todo rastro con desviaciones ip, lo que complica detectarlos con precisón.
A pesar de todo, la policía de España, en un movimiento similar a lo logrado en Reino Unido y Estados Unidos, ha dado con el paradero de tres hackers vinculados a la irrupción en la PlayStation Network, entre muchos otros movimientos ilegales. En el arresto se incluye un sujeto de la ciudad de Almería, que supuestamente tenían un servidor en su hogar desde el que se emitieron muchas solicitudes DDoS a la PSN, y en fechas más recientes a la Junta Electoral Central española además de algunas entidades bancarias de la nación ibérica. Las autoridades españolas lograron avances al analizar millones de líneas en registros de chat y accesos a sitios web.
Es cierto que los dirigentes de Anonymous habían deslindado a la organización activista del ataque a PlayStation Network, pero algunos de sus miembros sospechaban que los perpetradores tenían vínculos con el grupo. Aún así, queda en tela de juicio si estos sospechosos, que fueron liberados hasta que se levante una orden judicial formal, son realmente responsables de los cargos que podrían llevarlos a cumplir una condena de tres años en prisión, además de que lamentablemente, son sólo una ínfima parte de una enorme iniciativa conformada por miles de atacantes dispersos en el planeta.
Para más información, pueden visitar el sitio oficial de la Policía de España.
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