Si bien es cierto que el 3DS ya dejó atrás su lento arranque, los efectos de la crisis todavía siguen presentes y se dejarán sentir de aquí hasta finales del presente año fiscal, el cual concluye en marzo de 2012, así lo pronosticó Nintendo hace algunas horas en el marco de un informe financiero ante inversionistas.
Hasta diciembre del año pasado, la compañía había perdido ¥48.3 mil millones de yenes, es decir $623.5 millones de dólares aproximadamente y predice que para la primavera de 2013, la pérdida total ascenderá a ¥65 mil millones de yenes ($838 millones de dólares aproximadamente).
La Gran N atribuye esto a un tipo de cambio desfavorable entre yen y dólar, pero también hay que recordar el magro desempeño del cual padeció la autoestereoscópica entre abril y junio del año pasado, cuando sólo despachó 700 mil unidades.
Por su parte, el Wii también ha visto sus cifras caer y la tendencia no habrá de revertirse, de modo que de las 14 millones de consolas que se esperaba vender durante el año fiscal, ahora se ha bajado la proyección a 10 millones. Lo anterior lógicamente impactará en la venta de juegos, cuyas perspectivas bajaron de 120 millones de copias despachadas, a solamente 100 millones. En el 3DS, la predicción de venta de software también bajó de 62 millones a 38 millones únicamente.
Resulta por demás curioso que la casa de Mario no haya mencionado en ningún momento cuál es el rol que jugará en todo esto el Wii U, cuyo estreno se espera para finales de 2012.
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