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The Last of Us: Part I debutó en un momento en que la serie se desenvuelve más en la polémica que en el éxito. Más allá de los resultados que obtenga este… remake o remaster, su llegada es una buena oportunidad para hablar de una de las historias más interesantes del gaming, la franquicia que marcó un antes y un después para Naughty Dog, tanto para bien como para mal.
Video: The Last of Us Part I (Remake) - Tráiler de Avance
El nacimiento y ascenso de Naughty Dog
Fundado como JAM Software en 1984 por Andy Gavin y Jason Rubin, el naciente estudio norteamericano se especializó en el desarrollo de juegos para sistemas como Apple II y Amiga. Luego, en 1989, el nombre cambió a Naughty Dog y dieron el salto a consolas con títulos para SEGA Genesis y 3DO.
En los 90, el estudio estuvo en medio del ascenso de la industria de los videojuegos y el éxito de los plataformeros protagonizados por mascotas o personajes icónicos, donde los líderes eran Super Mario y Sonic. Universal Interactive puso al joven equipo en el mismo camino de Mark Cerny -sí, ese que años después fue arquitecto de las consolas de Sony-, y de esa relación nació Crash Bandicoot, franquicia que destacó de inmediato en PlayStation con una trilogía y un juego de karts.
El talento desbordado y la perspectiva a futuro llevaron a que Sony pusiera una oferta sobre la mesa, y en 2001 Naughty Dog se convirtió en estudio de PlayStation para encargarse del desarrollo de una nueva raza de juegos de acción y plataformas en 3D que combinaran y ejecutaran de forma adecuada las tendencias de la época. El resultado fue Jak and Daxter, franquicia que repitió el éxito en PlayStation 2 con una trilogía y, curiosamente, un juego de carreras.
La llegada del PlayStation 3 marcó el inicio de una etapa para la marca que buscaba fortalecer su oferta de exclusivos con estudios internos y producciones de la más alta calidad. Naughty Dog reunió a lo mejor de lo mejor en un equipo liderado por Amy Hennig para crear una nueva IP que dejó atrás las mascotas y las plataformas en 3D en pro de la acción pura y una propuesta más madura. De ahí surgió Uncharted, franquicia que de inmediato se convirtió en símbolo de PlayStation.
Uncharted y The Last of Us: el éxito tiene un costo
Con una saga en la cima y una reputación de estudio estrella conformado por desarrolladores talentosos en extremo, Naughty Dog se convirtió en líder en PlayStation y la industria. En los puntos más altos es donde puede haber periodos de turbulencia y, fue así como el equipo de desarrolladores entró en una etapa que cambió su historia.
En el desarrollo de la trilogía de Uncharted para PS3 participó Bruce Straley, un talentoso veterano del estudio que ingresó en Naughty Dog a finales de los 90 para trabajar en Crash Team Racing. A la par, la franquicia liderada por Amy Hennig sumó a un joven con fama de chico maravilla: Neil Druckmann, quien rápidamente se hizo de un nombre y reconocimiento. Ambos creativos se entendieron a la perfección y en vista del éxito obtenido con las aventuras de Nathan Drake, Sony y Naughty Dog decidieron que era momento de formar 2 equipos para el mismo número de proyectos. Uno se encargaría de Uncharted 3: Drake’s Deception y el otro, con el nuevo dúo dinámico, inició con algo que debía ser un nuevo Jak and Daxter pero después se encaminó hacia una propuesta sombría.
"La bravuconería y experiencia cinemática de película de acción de los juegos de Nathan Drake dieron paso a una propuesta seria, forjada desde la brutalidad del colapso de la humanidad y la sociedad tal como la conocemos."
Nacido en 2009, el proyecto The Last of Us buscó hacer lo mismo que cada IP de Naughty Dog: desmarcarse de su pasado. La bravuconería y experiencia cinemática de película de acción de los juegos de Nathan Drake dieron paso a una propuesta seria, forjada desde la brutalidad del colapso de la humanidad y la sociedad tal como la conocemos.
Las influencias de ICO, Resident Evil 4, la película La Noche de los Muertos Vivientes, la estela de desastre que dejó el huracán Katrina en 2005 y una investigación de la BBC donde se abordaba el género de hongos Cordyceps fueron la base sobre la que se construyó el juego.
Todo giraría en torno a Joel y Ellie, 2 extraños cuyos caminos se encontraron tras la infección masiva que destruyó a la humanidad. La supervivencia, el sigilo, el drama, la tristeza, el golpe de realidad y, pese a todo, la idea de que la vida sigue, se conjugaron para dar forma a un videojuego que celebraron la crítica y los jugadores. Después del debut de The Last of Usen 2013, Naughty Dog llegó a otro nivel e hizo pensar a muchos si en algún momento se detendría el ascenso vertiginoso del estudio que se había convertido en garantía después de lanzar un éxito tras otro.
The Last of Us: Part II y Uncharted 4: la grieta que partió a Naughty Dog
En 2014, todo parecía estar en orden: Naughty Dog era considerado un dream team donde todo era excelente. Sin embargo, investigaciones y reportes refieren que en el interior del estudio la tensión se acumulaba y la decisión de haber formado 2 equipos provocó una grieta difícil de ignorar.
Con 2 franquicias exitosas y los cada vez más demandantes procesos de desarrollo, Naughty Dog se vio en una encrucijada, pues debía gestionar sus recursos humanos de forma correcta para no afectar alguno de los proyectos. Sin embargo, lo ambicioso de The Last of Us se tradujo en una necesidad constante de creativos provenientes de los proyectos de Uncharted. Al mismo tiempo, la pasión exacerbada por el desarrollo y la reputación del estudio deformaron los procesos tradicionales de trabajo y las jornadas laborales eran extenuantes.
Para ese momento, el plan de Sony estaba más que armado: PlayStation 4 enmendaría las fallas de PlayStation 3 mediante sus grandes franquicias y proyectos AAA en la nueva generación. Amy Hennig inició con Uncharted 4, mientras que Straley y Druckmann comenzaron con los planes de la secuela de The Last of Us pero, de repente, algo se rompió.
"Naughty Dog convocó a Straley y Druckmann para salvar la cuarta parte de Uncharted. Más por compromiso que por gusto, ambos creativos acudieron al llamado de emergencia"
Ese mismo año, tras un proceso inicial fallido de Uncharted 4, Amy Hennig dejó Naughty Dog en medio de una ola de rumores e información extraoficial. Por su parte, el dúo estrella del estudio, Straley-Druckmann, necesitaba descansar un momento, pues habían trabajado sin parar durante años y The Last of Us 2 sería un proyecto más ambicioso y absorbente. Lamentablemente, Naughty Dog los convocó para salvar la cuarta parte de Uncharted. Más por compromiso que por gusto, ambos creativos acudieron al llamado de emergencia.
Se dice que el sobrenombre de Uncharted 4: A Thieves End era “La Bestia” y la idea que permeaba en el estudio era que debía ser alimentada constantemente, pues la complejidad de su desarrollo la había transformado en un proyecto feroz que cobraba una factura muy cara. Después de algunos retrasos, el juego debutó en PS4 para presentar la épica conclusión de la historia de Nathan Drake. El problema es que el costo del debut fue muy elevado. Informes señalan que 70% del equipo se fue del estudio y Bruce Straley anunció que se tomaría un descanso, que en realidad fue una despedida, pues quedó fundido y harto por el extremadamente exigente desarrollo del título.
The Last of Us: Part II: la presión que se disparó en todos sentidos
Sin su otra mitad, Neil Druckmann tuvo que reconstruir el equipo que se encargaría de The Last of Us: Part II con integrantes nuevos y otros a punto del agotamiento. El proyecto inició en 2014 retomando los eventos de la primera entrega, pero pensando en la venganza y en una propuesta más cruda y realista. El título se presentó de forma oficial en 2016 y durante años acompañó los eventos en que se presentaba PlayStation, lo que generó una expectativa que lo consideraba el juego que definiría al PS4.
Sin embargo, los retrasos, el cansancio de los fans por ver un trailer nuevo en cada evento y el hartazgo de esperar una fecha de lanzamiento comenzaron a ensombrecer el entorno. Al mismo tiempo, los reportes que daban cuenta de las problemáticas laborales en la industria de los videojuegos salpicaron a Naughty Dog.
Reportes revelaron problemas internos, disputas y críticas respecto a los eventos, personajes y narrativa del juego, pues no eran del agrado de los testers, quienes no dudaban en señalar huecos argumentales y decisiones polémicas que parecían atentar contra la franquicia. Las alarmas realmente se encendieron cuando se filtró una parte importante del juego con contenido sensible que emocionó a algunos, pero enfureció a la mayoría de los fans.
Al final, The Last of Us: Part II vio la luz en 2020 en medio de una polémica pocas veces vista en la comunidad. La presión sobre Naughty Dog se disparó hacia todas direcciones y dejó ver una cara del estudio estrella de PlayStation que muchos ignoraban.
2 años después, y sin que nadie lo esperara, el estudio liderado por Neil Druckmann en calidad de copresidente, presentó de la forma más insípida posible The Last of Us: Part I, reconstrucción del juego original con un toque actual a su propuesta visual y jugable, además de alinearlo bajo el estándar de PlayStation Studios con miras a una explotación comercial mayor. Los cuestionamientos y las críticas surgieron de inmediato, en especial porque el precio del juego es $70 USD, y porque sus elementos hicieron dudar si es un remake o un remaster, algo de por sí complejo para un título que cumplirá apenas su décimo aniversario en 2023.
El reto más grande: seguir después de The Last of Us
El lanzamiento de The Last of Us: Part I tiene lugar cuando la perspectiva sobre Naughty Dog está más dividida que nunca. Mantenerse en la cima no es fácil, y siempre es costoso. Aunque el estudio se mantiene en el pedestal que se ganó por mérito propio, parece que la franquicia postapocalíptica absorbió todo a su alrededor para convertirse en el centro de atención. Para bien, se trata de una IP cuyos juegos son de alta calidad y garantía de diversión y emotividad; para mal, los rastros de sobreexplotación están por todas partes y parece que el descanso obligatorio está cerca, lo que quizá dejará a Naughty Dog ante su reto más grande: seguir después de The Last of Us.
¿Qué opinas sobre la historia de Naughty Dog y The Last of Us? ¿La franquicia debe descansar o ya quieres la tercera parte? ¿El estudio estrella de Sony seguirá en la senda del éxito con sus próximos proyectos? No olvides darnos tu opinión en la sección de comentarios y sigue con nosotros, en LEVEL UP.
Video: The Last of Us: el juego que rompió a Naughty Dog
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