Típico... es verano, no hay clases, no te bañas en media semana y cuando te percatas, llevas 3 días jugando en sesiones prácticamente ininterrumpidas de 8 horas. De pronto, ¡la calamidad! Tu mamá demanda que tomes las llaves del auto y vayas a la tienda de autoservicio por el mandado ―para que hagas "algo productivo"―. Te subes, arrancas y mientras conduces, tienes la sutil sensación de seguir dentro del juego con los NPC, los semáforos e incluso las sirenas de la policía para recordártelo. "Demasiado Need for Speed.", piensas y llegas a la tienda sin problemas. En efecto, esa sensación es producto de mucho tiempo transitando por las caóticas calles virtuales de Redview County, pero tiene un nombre formal: se conoce como fenómeno de transferencia y de un tiempo para acá, es objeto de atención por parte de diversos círculos, desde el psicológico hasta el de entretenimiento; tan es así que hace algunos días, apareció exageradamente retratado en un capítulo de CSI: Cyber.
"Acabamos de atestiguar un ejemplo perfecto de fenómeno de transferencia en videojuegos o lo que conocemos como 'bajo la influencia GTP'.", dice la detective Avery Ryan de CSI: Cyber, al aludir al salto fallido que, en el citado episodio, dio un adolescente de una cornisa al suelo. "Hay una historia documentada de jugadores experimentando impulsos involuntarios para efectuar acciones de juego en el mundo real. Entre más juegan el juego, más dentro de él están pero en la vida real. Corey pensó que podía hacerlo [dar el salto] porque lo ha repetido una docena de veces en el juego.", añadió el personaje. Ahora bien, aquí la palabra clave es "impulso". Los hay de todo tipo: comer, ir al baño, dormir y hoy, la psicología se topa con uno nuevo, producto de los videojuegos y que, al igual que los demás impulsos, resulta perfectamente controlable e inocuo en la mayoría de los casos, pero también muy interesante de analizar.
No hacen falta muchas horas de juego para vivir el fenómeno de transferencia en carne propia. Desde luego que la susceptibilidad varía de jugador a jugador, pero con aproximadamente 3 horas de Call of Duty o The Witcher, teóricamente basta para estar propenso a experimentarlo en alguna medida. Les comparto otro ejemplo, éste, personal: cuando voy a Los Ángeles y camino entre la gente, oyendo lo que dicen a la distancia, siempre viene a mi mente Grand Theft Auto porque pasa exactamente lo mismo en el juego y Rockstar fue de los primeros en recrear ese balbuceo que produce la muchedumbre cuando habla por teléfono o con algún acompañante en la calle.
¿QUÉ EXPERIENCIAS ENCAJAN CON EL FENÓMENO DE TRANSFERENCIA?
"El GTP (Game Transfer Phenomena) consiste en la transferencia de experiencias del mundo del juego a la vida real y se manifiesta como alteraciones de la percepción.", nos explica Angélica B. Ortiz de Gortari, nuestra psicóloga de cabecera en todos los asuntos de videojuego, quien ha invertido una década de su vida al estudio de los efectos de los medios interactivos y en 2010 identificó y acuñó el término Game Transfer Phenomena.
Ahora bien, si te preguntas cuál de tus debrayes encaja con esto, presta atención. Como muchos otros fenómenos, éste es uno con múltiples facetas, en otras palabras, la transferencia adopta casi tantas formas como los sentidos mismos.
No estás loco y estas sensaciones desaparecerán en breve
Puede ocurrir, entonces, que cierres los ojos y veas la silueta de la bóveda de Fallout Shelter proyectada en contrastes púrpuras, lo cual encajaría con un fenómeno de transferencia de índole visual o que, como yo, escuches algo que te haga sentir como en Grand Theft Auto, en cuyo caso, hablaríamos de una experiencia auditiva. ¿Ganas de subirte a la banqueta con el auto? Es un comportamiento consistente con el fenómeno de transferencia. ¿Tu dedo se mueve como si oprimieras el botón del mouse ante alguna situación de la vida regular? Fenómeno de transferencia ―lo catalogan como un proceso mental automático―. ¿Sientes que quieres escalar la fachada de una iglesia en automático como en Assassin's Creed? Éste es otro comportamiento asociado con el fenómeno de transferencia.
¡Así que no te preocupes! No estás loco y estas sensaciones tan curiosas desparecerán en breve... tal vez. Mi experiencia con GTA es a largo plazo y es que "depende del tipo de fenómeno de transferencia [que experimentes]. Hay quienes se han quejado de insomnio por seguir viendo las imágenes del juego o escuchar los sonidos. Por eso, lo recomendado es no jugar antes de dormir, cosa difícil de cumplir, ¡verdad!", explica la también doctora de Nottingham Trent University.
¿CÓMO FUNCIONA EL FENÓMENO DE TRANSFERENCIA?
El meollo de todo el asunto está en la repetición. Es decir, en un FPS, puedes acostumbrarte al ruido de una granada cuando cae cerca de tu personaje a tal grado que al escuchar un efecto de sonido similar en otro lugar, tu mente lo reconozca como el de Halo o Battlefield y hasta te emociones u oprimas un gatillo inexistente en tu celular, por ejemplo.
"Esto se explica porque las imágenes, sonidos o artefactos visuales se presentan de manera repetitiva y son empleados en el videojuego en asociación con acciones o eventos; le dan retroalimentación al jugador, entonces, cuando estos elementos aparecen en un contexto fuera del juego, los jugadores tienden a responder de manera semejante ante ellas, a veces con pensamientos, escuchando o viendo eso que esperan ver del juego o con acciones automáticas. Incluso, algunos se han encontrado esperando que algo ocurra como en el juego." Vaya, para ponerlo en una forma más coloquial, juegas al grado en el que se te cruzan los cables y cuando ya no tienes el control o el mouse en la mano, tu mente sigue programada para reaccionar como si los tuvieras.
El fenómeno de transferencia puede sorprenderte en cualquier momento si estuviste jugando en abundancia en fechas recientes, aunque no te asombre que aparezca con más frecuencia en instancias de relativa tranquilidad o rutina, en esos momentos en los que también se te suele "subir el muerto", antes de dormir pero ése es tema para otro artículo. En mi caso, incluso llegué a soñar con mapas multiplayer a todo detalle y de memoria, lo cual también encaja con la descripción de un fenómeno de transferencia.
NO HAY RIESGO PERO NO LE BUSQUES
Si eres un padre de familia un poco... nervioso, un activista contra los videojuegos o tu país tiene un serio problema de adicción, sé lo que piensas: el fenómeno de transferencia convierte a los jugadores en asesinos, etcétera, etcétera. ¡Detén tu tren! Como expuse arriba, los impulsos que genera esta situación son eso: impulsos, y somos perfectamente capaces de controlarlos o de lo contrario todo mundo estaría haciendo del baño en su escritorio. Si de antemano te sabes susceptible o padeces de una condición neurológica o psiquiátrica preexistente, cuídate y tómate tus debidos descansos o consulta a tu médico. De acuerdo con nuestra especialista, existen elementos suficientes como para pensar que una persona con estas características es más propensa a experimentar el fenómeno de transferencia y si es algo que realmente te incomoda, debes tenerlo en consideración o, de nueva cuenta, acudir a un especialista para que distinga entre fenómeno de transferencia y otro tipo de situación.
Si sirve de algo, existe una distinción muy puntual entre fenómeno de transferencia y padecimientos psiquiátricos: la conciencia. Si experimentas fenómeno de transferencia, sabes que viene del juego y no es, como tal, una alucinación. "No hay pérdida de contacto con la realidad al grado que ocurre en patologías psicológicas.", advierte Ortiz de Gortari, quien hace mucho hincapié en que las consecuencias del GTP dependen de cada jugador, aunque "comportamientos como el observado en la serie del CSI son extremos y aislados de GTP", pues los jugadores ponen freno a los impulsos cuando involucran peligro o bochorno.
Y quizás esa sea una finalidad alternativa de este artículo, estar consciente de qué es el fenómeno de transferencia y cómo funciona para que si te pasa, lo reconozcas y le pongas freno.
LA REALIDAD VIRTUAL
En los últimos 2 años, E3 ha estado completamente dominado por la realidad virtual como promesa a futuro y, de concretarse los planes de Sony, Oculus y Microsoft, los próximos meses traerán consigo la era dorada de lo virtual y lo aumentado, pero también la era dorada del fenómeno de transferencia. Piénsenlo: si los últimos 10 párrafos han estado avocados a la transferencia como producto de controlar pixeles con un control, no es descabellado pensar que una experiencia mucho más inmersiva, como la de Project Morpheus, venga acompañada de un fenómeno de transferencia proporcionalmente más agudo. Tan sólo ahora, ya se reportan casos de gente que ve la retícula pixelada impresa en los ojos cuando pasa varias horas con las gafas de realidad virtual. Esto puede ser un fenómeno oftalmológico, pero definitivamente da para pensar en qué pasará en el campo de la transferencia.
Probablemente el GTP sea aún más común con la VR
De acuerdo con Angélica, es prematuro para conocer los efectos absolutos de la realidad virtual, pero experiencias previas con la Naval, de los cuales hemos dado cuenta por este medio, sugieren que el fenómeno de transferencia de juego será más pronunciado una vez que la realidad virtual se materialice como parte cotidiana de la dieta de entretenimiento y, al final del día, impera la misa acotación: los efectos dependerán de cada jugador.
"Probablemente el GTP sea aún más común con la VR, dada una mayor inmersión en el juego, presencia en el espacio del juego, realismo y mayor número de canales senso-perceptivos estimulados que contribuirán a que las experiencia de juego sea más memorable o, por lo menos, facilitando cambios neuro-adaptativos o sensoriales que vayan más allá del síntomas de mareo por movimiento."
HAY QUE SEGUIR INVESTIGANDO
Al final del día, la conclusión adquiere forma de invitación a la reflexión y al juego responsable. Gracias a gente como Angélica B. Ortiz de Gortari, hoy conocemos más sobre los efectos reales que los videojuegos tienen sobre la mente, un terreno sumamente controvertido y a menudo manipulado por intereses morales y políticos, pero como queda de relieve en el segmento anterior, aún no conocemos la imagen completa, resta tecnología por conocer, investigaciones por hacer y lo más importante es que cada cuerpo es diferente, cada jugador es diferente y lo son también las reacciones. Algunos experimentarán fenómeno de transferencia, otros no; para algunos será más intenso y para otros menos, como quiera que sea, arriba están los rasgos generales para que los identifiques, no te espantes y los controles.
La idea, tanto de Angélica como la mía con este artículo es desmitificar un fenómeno asociado con los videojuegos para que después no aparezca el caudillo o el inquisidor que pretenda, por enésima vez, fincar responsabilidad de un accidente o un problema ajeno, en los videojuegos. Es decir, si por jugar mucho GTA, alguien siente el impulso de subirse a la banqueta y lo hace, entonces el problema no es Grand Theft Auto porque, como con ese, puede ceder a cualquier otro impulso en cualquier momento. Una buena muestra de lo que llevar el GTP al extremo puede ocasionar, es el video de abajo, pero ahí hablamos de un país como Corea, donde la adicción al juego es catalogada como un problema de salud pública. "Desconozco la evidencia que tenga (el gobierno de Corea del Sur) para vincular el fenómeno de transferencia con adicción a los videojuegos, ya que el GTP (por sus siglas en inglés) no necesariamente indica adicción, son fenómenos normales derivados del juego que generalmente se presentan con el juego excesivo en individuos susceptibles.
El GTP pone al descubierto mecanismos perceptuales y cognitivos muy interesantes que generalmente pasan desapercibidos; nos muestra lo maleable de la mente humana y nos invita a reflexionar acerca de los desafíos que enfrentamos con la realidad virtual. Entender las experiencias del GTP nos puede ayudar a comprender los misterios de la mente, a desarrollar videojuegos de manera más consciente y responsable, y también más atractivos con fines educativos o terapéuticos." Para más información sobre esto, no duden en consultar el blog de Angélica Ortiz de Gortari.
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