Este año, Sony se encontró en una posición estratégica única: tuvo tiempo de ajustar su conferencia de acuerdo con los anuncios de su competencia directa. Además, pudo observar en primera fila la reacción de miles de consumidores que corrieron a las redes sociales a expresar su desagrado por las políticas restrictivas. Hoy, vi algo que pocas veces ocurre en un evento al que asisten profesionales de la industria: aplausos y festejos sinceros. La euforia que desató Sony es algo poco frecuente. Lo que me preocupa es que el anuncio en cualquier otra época previa de la industria hubiera sido irrelevante: juegos como producto significa que somos los dueños de nuestro contenido. Un cartucho, por ejemplo, podemos prestarlo, rentarlo o incluso venderlo. Si Nintendo hubiera dicho lo mismo que hoy dijo Sony, nadie hubiera aplaudido.
¿De qué estamos hablando? De que los consumidores esperaban que la nueva generación viniera acompañada de inconvenientes como control de juegos usados, activaciones en línea y la necesidad de estar conectado a Internet siempre. Bajo una óptica más objetiva, lo que anunció Sony ni siquiera merecía una mención: dijeron, prácticamente, que las cosas iban a seguir como siempre. ¿Por qué celebramos que respeten derechos que, como consumidores, siempre hemos tenido?
No me malinterpreten. Aplaudo la postura ofensiva de Sony. Prácticamente, la compañía negó categóricamente cada uno de los puntos polémicos que Microsoft propuso para Xbox One: no hay activación en línea, no hay necesidad de conectarse a ningún servidor para jugar, puedes rentar títulos y también venderlos sin recurrir a algún sistema externo. Todas son cosas que las consolas de generación pasada y el Wii U pueden hacer. El anuncio carece de relevancia si removemos las polémicas decisiones de Microsoft. Las exclamaciones de alegría de la conferencia se deben a que muchos pensaban que el PlayStation 4 compartiría las políticas de Xbox One.
Sony escogió un momento magnífico para anunciar que el juego en línea del PlayStation 4 sólo estará disponible para los miembros de Plus. Nada para alarmarnos: finalmente se dieron cuenta de que no podían seguir financiando una infraestructura tan compleja. Por el contrario, buscaron diversificar su oferta de contenido por medio de la Instant Game Collection y otras estrategias que han conseguido un altísimo índice de satisfacción para PlayStation Plus.
También supimos que el PlayStation 4 costará $100 USD menos que Xbox One. La situación me recuerda lo que ocurrió en la generación anterior: un arrogante Sony pensó que los 150 millones de PS2 les permitirían vender un PlayStation 3 al precio que ellos quisieran y un Microsoft que sabía que tenía que tomar decisiones agresivas, como lanzar su consola un año antes, para poder competir con una compañía con una presencia de marca mucho mayor. Así fue como perdieron su aplastante liderazgo ahora deben recuperar la lealtad que les llevó esa cantidad de PS2.Ahora sucede lo mismo, pero a la inversa: Microsoft confía en que los consumidores sean leales a su marca y paguen $100 USD más por Xbox One y, además, toleren políticas de juegos usados que parecen inventadas por un distribuidor y no por un fabricante de consolas. La pregunta es, ¿creen que el diseño del PlayStation 4 se parece a la legendaria consola sólo porque sí? Por supuesto que no.
Curiosamente, vimos más exclusivas y más títulos nuevos en el evento de Microsoft. Aunque Sony prometió 20 juegos exclusivos (de los cuales, 12 son nuevas franquicias), en su conferencia sólo presentaron The Order: 1886 como nueva propiedad intelectual. El resto fue un desfile de contenido descargable único y exclusivas temporales. Pareciera que la compañía dividió sus esfuerzos entre el PlayStation 3 y su consola de siguiente generación. Quantic Dream trabaja en Beyond: Two Souls y Polyphony Digital en Gran Turismo 6, pero sus otros estudios seguramente no tienen avances que puedan mostrar. Esta estrategia me recuerda a lo que ocurrió con el PlayStation 2: intentarán convertir su consola en la mejor para disfrutar los juegos multiplataforma. Falta ver si lo conseguirán, pues irónicamente, lo libre y abierto de su plataforma podría servir para que compañías como Electronic Arts se inclinen más por Xbox One, que permite un control más estricto de la venta de juegos de segunda mano (por algo no vimos un sólo título de EA en esta conferencia).
Por ahora, Sony mostró y evitó hacer lo necesario para que el PlayStation 4 se metiera a los jugadores en la bolsa. La pregunta clave es si los jugadores seguimos siendo suficientes para mantener los costos de la nueva generación.
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