Plants vs. Zombies: Garden Warfare Xbox One

Tras un memorable anuncio durante la conferencia de Electronic Arts en E3, la encarnizada guerra entre zombies y plantas empieza un nuevo capítulo: Plants vs. Zombies: Garden Warfare llegará a la siguiente generación de consolas aparentemente con mucha diversión para los fanáticos de la serie.

Durante una demostración a puerta cerrada en el booth de EA, la distribuidora nos presentó este spin-off de una franquicia que fue lanzada originalmente para PC, pero que gracias a los dispositivos táctiles se ha convertido en un fenómeno mundial. En este nuevo giro de la serie, las plantas y los zombies dejan el mundo bidimensional e incursionan en la tercera dimensión con gráficos en alta definición y un nuevo género que supone una futura diversificación de la marca.

La mejor forma de llamar a este nuevo género sería un tower defense de acción o un juego con clases, en los que vemos elementos de títulos como Dungeon Defenders, Team Fortress y hasta Gears Of War. La dinámica incluye a 4 jugadores, cada uno distintas habilidades que deben defender un territorio de grandes hordas de zombies y poderosos jefes, todo ubicado en un ambiente cuidadosamente detallado y con una enorme cantidad de referencias y elementos que aluden a Plants vs. Zombies y a otras franquicias como Battlefield.

Pudimos ver 4 diferentes plantas que protagonizan estos enfrentamientos: Peashooter, el clásico soldado de infantería que con sus poderosos chícharos mantiene a raya a los no-muertos; Cactus, un preciso tirador a distancia; Chomper, que con sus poderosas mandíbulas ingiere a los zombies en un rango cercano; y Girasol, el médico del equipo que con el poder del sol puede revitalizar a sus compañeros, pero también dañar a los enemigos.

Garden Warfare está desarrollado para jugarse en forma cooperativa, donde cada jugador asume un rol y emplea sus habilidades para detener a los zombies. Hay que decir que las habilidades no se limitan al tipo de ataque que se puede infringir de forma inmediata, también incluye administrar de manera adecuada los recursos, por ejemplo la colocación de plantas auxiliares aliadas que funcionan como una especie de torretas y que varían en sus ataques según la clase de planta principal elegida; esto significa que si uno escoge el chomper, la aliada será de corto alcance, mientras que si se utiliza una de disparos como Peashooter, la aliada será de ese mismo tipo. Dentro del campo de batalla se encontrarán también macetas que proveen de otras habilidades como mayor cantidad de disparos; sin embargo, emplearlas impide la movilidad del jugador y limita rango de ataque.

Como en todo shooter de guerra, el buen desempeño se ve recompensado con ataques especiales como drones vegetales que vuelan alrededor del campo de batalla disparando a los enemigos u ofensivas de artillería en las que participan los proyectiles de maíz lanzados por los Kerlen-Pults.

Toda esta acción se realiza de forma frenética en un entorno sumamente detallado que funciona ni más ni menos que con el motor gráfico Frostbite 3. De inicio, Plants vs. Zombies: Garden Warfare será lanzado como una exclusiva para Xbox One, pero posteriormente saldrá para el Xbox 360. Hasta ahora sólo hemos visto un lado de la moneda: el de las plantas; esperemos que más adelante se muestre cómo será jugar con los zombies, como prometieron en su comunicado de prensa.